Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1108

La persona golpeada, al darse cuenta de que era Francisco, también se mostró algo sorprendida.

—Lo... lo siento, iba rápido y no te vi. No fue a propósito.

Nuria se apresuró a disculparse.

Francisco quedó paralizado solo por un instante, pero pronto recuperó su expresión habitual.

—No hay problema.

Luego, simplemente levantó el pie y comenzó a alejarse.

—¿Cómo... cómo has estado últimamente? —Nuria, desconcertada, le preguntó.

Francisco, con una actitud fría, respondió: —Bien.

Nuria lo observó mientras se alejaba.

No esperaba que, después de tanto tiempo sin verse, él fuera tan indiferente con ella en su reencuentro, como si siempre hubieran sido unos completos extraños.

Por un momento, su rostro palideció.

En ese instante, un hombre se acercó.

Llegó hasta Nuria y la abrazó.

—¿No ibas al baño? ¿Por qué te detuviste y no entraste? —preguntó el hombre.

Con el rostro aún pálido, Nuria forzó una sonrisa. —Acabo de chocar con alguien.

—¿Te lastimaste?

—No.

Nuria, disimuladamente, apartó al hombre y luego entró al baño.

—

Después de comer, Francisco y Manuel se ocuparon cada uno en lo suyo.

Ana llevó primero a Elena y a Javier, y luego regresó a casa.

Justo cuando ella abría la puerta, Alejandro entró en la casa.

—¿Qué pasó en casa de Valentina?

—¿Qué? —Ana no entendió al principio.

Pero en el instante siguiente, lo comprendió.

De inmediato, su rostro se sonrojó.

—Alejandro, estamos hablando del problema en casa de la señorita Valentina. ¿Puedes purificar tu mente?

Alejandro sonrió ligeramente. —¿Hace medio mes que no lo hacemos? ¿Me echas de menos?

Ana se levantó abruptamente. —Voy a llamar a la señorita Valentina. Tú tómate un yogur y cálmate un poco.

Mientras Ana huía, Alejandro, sonriendo, abrió el yogur.

Le encantaba ver a Ana avergonzada.

Era algo que fácilmente lo hacía perder el control.

—

Ana se dirigió al balcón para llamar a Valentina.