Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 112

El entrevistador, al presenciar esta escena, ya no mantuvo su actitud despectiva.

Anteriormente, pensaban que Ana solo buscaba llamar la atención.

Pero ahora, no pudieron resistirse y se acercaron a los dos trabajos que Ana había restaurado siguiendo las indicaciones.

Tanto los fragmentos de porcelana como la restauración de la pintura antigua demostraron una técnica exquisita.

Habiendo trabajado al lado de Don Fernando durante muchos años, se consideraban a sí mismos élite en la industria, pero al ver las obras restauradas por Ana, los tres sintieron cierta vergüenza.

Si no lo hubieran visto con sus propios ojos, quizás aún tendrían sus dudas.

Después de que los otros dos también terminaran,

Don Fernando empujó la puerta y entró.

Ana, al oír el sonido, se giró para mirar a Don Fernando.

Ella había visto entrevistas de Don Fernando y, al igual que en la televisión, aunque Don Fernando ya tenía setenta años, parecía muy vigoroso.

—Vengo a ver—, dijo Don Fernando dirigiéndose directamente hacia las obras ya restauradas.

Las examinó una por una.

Finalmente se detuvo frente a la obra restaurada por Ana.

Ana, al ver que Don Fernando examinaba su trabajo, respiró hondo, sintiéndose algo nerviosa.

Ella sabía que Don Fernando era exigente y no estaba segura de si su trabajo estaría a la altura de sus expectativas.

Los ojos de Don Fernando brillaron cada vez más y se emocionó.

En estos años, su equipo había incorporado a muy pocos nuevos miembros, porque no había encontrado a alguien que lo satisficiera.

Pero ahora, ¡lo había encontrado!

Su nieto había sido irresponsable desde pequeño, y ahora, la esposa que había escogido era excepcional. Si ese chico no quería heredar su técnica, entonces que no la herede. ¡Que la herede la esposa del nieto!

—¿Tu nombre es Ana? —preguntó Don Fernando mirando a Ana.

Uno de los entrevistadores dijo: —En la ronda anterior de la entrevista, solo ella logró identificar todas las falsificaciones.

Después de ver las obras restauradas por Ana, ambos quedaron incrédulos y sus rostros se enrojecieron aún más.

Realmente no eran comparables con ella.

¿Cuándo se volvieron los jóvenes de hoy tan impresionantes?

Incluso más que ellos, que han sido precursores en la industria durante más de una década, ¿cómo podrían seguir viviendo en esta industria?

Don Fernando observaba en secreto a Ana, desde que fue cuestionada hasta ahora que se demostró su habilidad, sin mostrar grandes cambios emocionales, tranquila y serena.

Esa calma, realmente le recordaba a alguien querido.

Diez minutos después.

Don Fernando regresó al salón de descanso.

Esta vez, estaba emocionado, y Pablo recibió una ola de aprobación y elogios de su parte.