Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1140

Este es un objeto maligno que roba la buena suerte.

Patricia, nacida en una familia acomodada, siempre había tenido desde su nacimiento lo que muchos no lograrían en toda su vida.

Ella era, naturalmente, afortunada.

Robar la suerte de Patricia para beneficio propio no solo podía cambiar ciertos destinos, sino también prolongar la vida.

—¿Qué? ¿Algo tan malvado? Yo no tengo ningún rencor contra Kenia, ¡y aun así me hizo esto! Menos mal que fue castigada con la muerte —exclamó Patricia furiosa.

No era de extrañar que últimamente le resultara tan difícil controlar sus emociones; todo había sido una trampa.

Hoy, tras el accidente de auto de Kenia, incluso había sentido lástima por ella.

Pero resulta que Kenia le había tendido una trampa tan grande.

Ahora, al calmarse y recordar, desde el primer día que interactuó con Kenia y se puso el anillo, sus pensamientos parecían estar controlados por alguien más, volviéndose cada vez más paranoicos.

Ella, ciertamente orgullosa y determinada a tener a Alejandro, no habría actuado con tanta locura.

Al rememorar sus acciones durante este tiempo, todo le resultaba irracional.

Un escalofrío recorrió su espalda.

Había deshonrado a la familia Jiménez.

Ana la miró con seriedad.

—La suerte que te robaron no puede ser devuelta, así que, de ahora en adelante, haz buenas obras para acumular buena suerte. De lo contrario, los infortunios te encontrarán primero —advirtió Ana.

No era una amenaza vacía.

Patricia había sido demasiado codiciosa al interactuar con Kenia, y ahora debía pagar el precio por esa avaricia.

No podía cambiar lo que ya había sucedido.

Ahora que se había tratado a tiempo con el adorno de Jesús, Ana veía esto como una oportunidad para que Patricia enmendara sus errores.

Patricia frunció el ceño. —¡Kenia fue demasiado cruel!

Ana volvió a envolver el adorno de Jesús con cuidado.

Parecía simple. Podría patrocinar a algunos estudiantes pobres en áreas montañosas, donar a orfanatos y participar en galas benéficas. Eso debería bastar.

Después de salir de la biblioteca, Ana subió al auto con el adorno de Jesús.

En el camino a casa, Alejandro la llamó para decirle que llegaría pronto.

Hablarían de la situación con Kenia una vez en casa.

Ella encendió la radio en el trayecto.

La radio también comentaba el accidente de auto de Kenia ocurrido hoy.

Después de todo, la fallecida había sido una estrella de cine hace más de veinte años y, ahora, la madrastra del presidente del Grupo García. Por eso, el accidente había atraído mucha atención.

La investigación inicial de la policía en la escena y el interrogatorio al conductor apuntaban a que este último había conducido bajo la influencia del alcohol.

Sin embargo, algunos oyentes que llamaron al programa expresaron dudas, especialmente testigos presenciales, quienes pensaban que podría haberse tratado de un asesinato.

Debido a las numerosas opiniones, incluso el presentador de radio planteó preguntas sobre lo sucedido.