Resumo de Capítulo 1196 – Capítulo essencial de Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate por Internet
O capítulo Capítulo 1196 é um dos momentos mais intensos da obra Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Segunda oportunidad, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
Después de salir de donde los Campos, Ana llevó a Pablo a su casa.
Luego, se dirigió al centro comercial.
En el camino, recibió una llamada de Bryan, quien se disculpó por la actitud de otros miembros de la familia Campos.
Ella aceptó la disculpa.
Después de comprar un vestido en el centro comercial, Ana fue al café de Beatriz.
Al llegar a la entrada del café, notó que los empleados estaban afuera.
—No estamos abiertos ahora, abriremos más tarde, lamento la molestia causada.
Fue entonces cuando recordó que el café de Beatriz estaría cerrado al público durante los próximos diez días, ya que había sido reservado por un equipo de filmación.
Sin embargo.
Sin querer, echó un vistazo al interior y vio a Mauricio.
Levantó una ceja.
De repente lo entendió, no era de extrañar que el equipo de filmación aceptara todas las condiciones de Beatriz, era por Mauricio. Sin duda, el propósito de la visita de Mauricio era Beatriz.
Sonrió, era algo bueno.
Parecía que Beatriz no tendría tiempo hoy, mejor volver otro día.
...
Ana acababa de llegar a casa cuando el celular de Beatriz sonó.
—¿Qué está pasando exactamente con la familia Campos?
—No es un problema grande, ya está resuelto. Pero, los dos que maltrataban a la niña eran malos por su propia naturaleza, no tiene nada que ver con fuerzas malignas.
Beatriz se rió: —He estado viendo Twitter estos días y he visto muchos escándalos. Todos dicen que Gabriel y su amigo han sido malos desde pequeños, y ahora se han metido en un gran problema, hay mucho revuelo y todo el mundo lo sabe, incluso la familia Campos no podría solucionarlo con conexiones.
—Tienes razón.
—No hablemos más, tengo que entrar, hoy estaré ocupada hasta medianoche. —Beatriz habló con cierta prisa.
Ana respondió: —Está bien.
Para él, no había nadie más hermosa que Ana.
—Te llevaré esta noche, seguro que eclipsarás a todos. —No estaba exagerando.
De todas formas, era esa sensación que las palabras no pueden describir.
El tipo de deidad femenina que te enamora a primera vista.
Perfectamente alineada con su estética, en fin... ¡esta vez tenía que conquistar a Ana! En su vida, aparte de Ana, no podría enamorarse de nadie más.
—Eso está bien. —Ana estaba muy satisfecha con el vestido, había mirado en el espejo antes y, de hecho, tenía una textura mejor que el que había comprado en el centro comercial y le quedaba más adecuado.
Miró la hora: —¿A qué hora salimos?
—A las cuatro de la tarde está bien. —Pablo también miró la hora, eran las once, todavía quedaban varias horas.
Había pensado que si algo no estaba bien, podría llevarlo a ajustar, pero no esperaba que le quedara tan bien que no necesitara ningún ajuste.
Ana sonrió: —¿Tienes otros planes para el almuerzo? Si no, quédate a comer conmigo, voy a cocinar algunos platos.
Pablo inmediatamente abrió los ojos de par en par y se apresuró a decir: —¡No tengo otros planes!
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