Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1216

Después de recibir la promesa de Gonzalo, Verónica sintió aliviada su preocupación.

Ambos disfrutaron de la vista en el pabellón.

Pero no pasaron muchos minutos cuando Gonzalo pareció cansado. —Volvamos.

—Ah... está bien —Verónica no había disfrutado lo suficiente. El Complejo de Aguas Termales era muy cómodo; ella había tomado un baño termal sola, mientras que Gonzalo no se bañó y estuvo descansando en la habitación.

Ahora, quería disfrutar de la tranquilidad de la noche allí, pero Gonzalo insistió en irse.

Entre ella y Gonzalo, siempre pareció haber una distancia inexplicable.

Esa distancia la hacía sentir inquieta.

A pesar de haber recibido una promesa, aún se sentía insegura.

—

Al día siguiente.

Por la mañana, después de que los empleados de la empresa despertaron, continuaron divirtiéndose en el Complejo de Aguas Termales.

Al mediodía, subieron todos juntos al autobús para partir.

Ana también estaba en el autobús.

Durante el viaje de regreso, bajo su mirada, vio pasar el auto de Gonzalo.

El auto pasó frente a sus ojos.

Iba a gran velocidad.

Vio a Gonzalo sentado en el asiento trasero.

Parecía que tenía los ojos cerrados, descansando, probablemente todavía sufriendo el dolor.

Todos tenían el mismo dolor de cabeza...

Luego, preocupada, le recordó a Elena: —Mamá, últimamente hay muchas llamadas de estafa, y también mensajes de texto con enlaces. No debes creerlos.

—Está bien, Francisco y Manuel ya me lo han dicho. Lo tengo en cuenta. ¿Tu última llamada era una llamada de acoso? —Elena respondió con una sonrisa.

En la sociedad de entonces, el desarrollo rápido había cambiado muchas cosas.

Los métodos para engañar también eran cada vez más sofisticados, y varios amigos de ella ya habían sido estafados.

Ana asintió en acuerdo.

Luego, Elena añadió: —No sé si todavía recuerdas a Damián, pero hace poco fue estafado por más de cincuenta mil dólares. Perdió todos sus bienes y, al final, no tuvo más remedio que vender su casa en la ciudad. Hoy en día, estos estafadores son totalmente inmorales, engañan incluso a los ancianos que han ahorrado toda su vida, sin temor a ser castigados.

—Los estafadores cómo van a tener moral —dijo Ana.

Algunas personas trabajaban duro toda su vida, pero, porque eran demasiado buenas y no desconfiaban de los demás, terminaban siendo engañadas y perdiendo todo.

Lo mismo pasaba con la gente en el extranjero.