Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1219

Entonces, Nuria le dijo directamente a su asistente: —Vuelve a la oficina y asegúrate de que editen los videos correctamente. Tengo otros asuntos que atender.

La asistente asintió inmediatamente. —Claro, señorita Nuria.

—

Una hora más tarde, Francisco regresó a su residencia.

En esos años había comprado una casa nueva, una casa muy grande.

Varios colegas también vivían en ese complejo residencial.

Esa casa también se había convertido en su hogar matrimonial.

Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, de repente alguien lo abrazó.

Él se sorprendió al principio.

Luego, se recuperó rápidamente.

Pensó que era Judith. —Tonta, ¿no dijiste que no habías terminado de escribir la novela hoy y que vendrías mañana? ¿Por qué viniste ahora?

Ese tipo de pequeña sorpresa era algo que haría Judith.

El tono de Francisco estaba lleno de cariño.

Era suficiente para notar cuánto le gustaba Judith.

Nuria, quien lo había abrazado y escuchaba esas palabras, sintió como si alguien estuviera apuñalando su corazón con un cuchillo. Le dolía tanto que le costaba respirar, y tuvo que tomar varias respiraciones profundas para calmarse.

Había lágrimas en sus ojos.

Se sentía un poco agraviada y también añoraba la cercanía con un hombre de esa manera.

Al notar que la persona que lo abrazaba no respondía, Francisco gradualmente sintió que algo estaba mal. Entonces, un aroma de perfume desconocido llegó a su nariz. Frunció el ceño inmediatamente y empujó a la persona.

Francisco frunció el ceño, aún sin expresión en el rostro. —Yo ya te lo dije todo claro hace años, Nuria. No deberíamos tener más relación, ni deberías venir a buscarme.

—También dijiste que fue hace años. Es verdad que cometí errores en aquel entonces, pero después de tanto tiempo, Francisco, ¿aún seguirás odiándome? Te lo dije: en ese entonces yo era de la familia Flores, no tenía otra opción, solo podía seguir lo que mis padres decían. Hasta hoy, me arrepiento cada día. ¡Nunca te he olvidado! Estos tres años, he valorado cada oportunidad de verte. Cuando escuché que tenías novia y que incluso planeabas casarte con ella, sentí un dolor como de cuchillo. Hoy, en el centro comercial, me di cuenta de que no puedo perderte —En ese momento, Nuria bajó completamente su guardia, mostrándose muy humilde.

Sabía muy bien que, si seguía sin decir nada, realmente perdería cualquier oportunidad.

Francisco la conocía tan bien que seguramente entendería lo que ella quería decir con esas palabras.

Ella sinceramente dio ese paso.

Francisco se sorprendió ligeramente.

Al ver que él quedaba sin palabras por un momento, Nuria se secó las lágrimas del rostro y dijo, sonriendo: —Hoy le pregunté a alguien: si cometiste un error en el pasado, ¿todavía hay una oportunidad de enmendarlo? Esa persona me dijo que debo recuperarlo a toda costa. No quiero esperar más. Sé que si sigo esperando, realmente te perderé por completo.

Ese sincero reconocimiento realmente podría conmover a cualquiera.

Francisco, con una mirada profunda, tardó un rato en hablar: —Ya me perdiste hace tiempo. Me voy a casar. Sería mejor que no me buscaras más. Nuria, cuida de tus propios asuntos.