Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1252

No había sido simplemente porque su vuelo se canceló hoy que ella no pudo regresar al País de la Arena Blanca, se sentía algo desolada.

Después de tantos años, él conocía demasiado bien el carácter de Ana.

Si no hubiera ocurrido algo inesperado, ella no estaría tan desolada como ahora.

Así que, definitivamente, algo había sucedido.

Pero él había venido precisamente hoy, y estaba allí para acompañarla.

¡Pero primero lo primero, primero iría a cocinar!

Se dirigió apresurado al refrigerador de la cocina para buscar ingredientes, encontrando una variedad completa de frutas, verduras y carnes.

Eran suficientes para que él demostrara sus habilidades culinarias ese día.

Una hora y media después.

El exquisito aroma de comida bien rica llenaba la casa.

Ana había regresado a su habitación y se había dormido.

Durmió un poco, y al despertar, ese olorsito delicioso que impregnaba la casa.

Ella bajó lentamente las escaleras.

Manuel acababa de colocar varios platos en la mesa.

Levantó la vista y vio a Ana. —Justo a tiempo, ven a probar lo que he cocinado.

—Ok.

Ana se acercó entusiasta, echando un ligero vistazo por la ventana, solo para ver que la lluvia seguía cayendo.

Todavía estaba muy oscuro.

Si tuviera tiempo suficiente para investigar cómo conquistar mujeres, preferiría pensar en cómo asegurar su posición en la industria del entretenimiento.

Pero como madre, Elena simplemente no podía dejar de preocuparse.

Manuel, al oír hablar de salir a citas, al instante hizo un gesto con la mano. —No tengo tiempo para citas, como bien sabes, la mayoría de las chicas que conozco no son tan sencillas como parecen serlo, la verdad, no puedo manejarlo y prefiero entonces no estresarme con eso. Además, no hay nadie que me fleche asi con un primer vistazo, así que mejor me concentro en mi carrera y no pierdo tiempo persiguiendo faldas. Francisco se va a casar, y en unos cuantos años Javier también encontrará una novia y se casará, así que no depende de mí continuar con la línea de sangre de la familia. Estoy mejor estando soltero.

Al escuchar esto de Manuel, Ana lo entendió de inmediato.

Manuel realmente estaba soltero.

No le gustaba nadie.

—Lo que dice Manuel también tiene sentido, — dijo ella después de un momento de silencio.

Realmente no había problema en esto.

—¿Vamos por unas cervezas? Yo te acompaño, y si para de llover por la noche, llamo a un conductor sustituto para que me lleve de regreso a casa, — preguntó Manuel.