Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1294

Al ver que Ana pensaba sin hablar, Haila continuó apresurada diciendo: —Es cierto que su situación familiar no era muy buena, creció en el pueblo y luego ingresó a nuestra escuela, todo gracias a su propio esfuerzo. Aunque su situación familiar no era la mejor, en mi humilde opinión, la familia es algo que uno no puede elegir.

—¿Has conocido a sus padres y familia?— preguntó Ana.

Haila lo negó: —No pregunté mucho, temía que se sintiera inferior. Solo escuché decir que era el único universitario de su pueblo, y sus padres estaban muy orgullosos de ello.

Después de todo, aunque sus padres se habían ido temprano, nunca pasó por verdaderas dificultades económicas, teniendo siempre a Ignacio a su lado desde pequeña.

Recientemente, había investigado en línea sobre las condiciones de vida en algunas zonas rurales remotas, algo que no podía siquiera imaginar.

Por eso admiraba aún más que Lucas hubiera llegado a donde estaba hoy en día.

Ana lo entendió, —creo que deberías hablar seriamente con Ignacio primero. En este mundo, la persona que mejor te trata es él. Un amante necesita tiempo para confirmar sus verdaderos sentimientos, pero Ignacio no. En cuanto a la situación familiar del joven, en realidad no es importante, pero, aun así, deberías investigar más acerca de él. Siempre has sido inteligente, confío en que pensarás con claridad cómo entenderlo, ¿verdad?

Al oír esto, Haila se sorprendió.

Debido a varias razones, nunca había tomado la iniciativa de conocer la situación familiar de Lucas.

—¿Te gustaría escuchar sobre mi experiencia con mi exnovio?— preguntó Ana con una voz suave.

Haila, con la mente algo confundida, afirmó vagamente: —¡Sí, quiero escuchar!

Entonces Ana comenzó a relatar en detalle la situación entre ella y Carlos, desde su inocente juventud hasta la vil traición de Carlos.

La naturaleza humana era voluble.

Y la persona que creías conocer bien, en realidad nunca la habías conocido de verdad.

Creías que un corazón sincero podía ser correspondido con mucha sinceridad, pero al final te dabas cuenta de que eso solo dependía de la persona.

Haila tenía los ojos rojos: —¡Anita, debiste haber estado muy triste y dolida en ese momento!

Ana sonrió despreocupada: —El dolor era algo inevitable, pero para su gran fortuna siempre había oportunidades para empezar de nuevo. Sin embargo, las oportunidades para aprender de los errores en la vida no son muchas. Hailita, te digo esto para que entiendas que Ignacio nunca ha sido tu enemigo, él es tu ser más querido. Cuando todo el mundo te abandone, él definitivamente no lo hará.

—¡Sí, Anita, ya lo sé! He estado un poco irracional últimamente, viéndolo como mi adversario y nunca realmente entendiendo a Lucas. Ahora sé en realidad lo que tengo que hacer—. Los ojos de Haila volvieron a brillar con mucha determinación.

Había sido confundida por el amor y nunca se había preguntado con detenimiento por qué Ignacio no apoyaba su relación con Lucas.