Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 132

Laura quedó estupefacta.

Carmen parecía disfrutar del espectáculo.

José frunció el ceño.

Diego asintió y dijo: —Después de que tú y él hayáis tenido relaciones sexuales en la cama, forzaremos que se case contigo. Una vez que propongas las condiciones del matrimonio, todo estará resuelto. Anita, tu padre ha visto todo lo que has hecho por la familia y te aseguro que nunca te faltará nada, y para empezar, te daré 70 mil dólares.

Ana miró a Diego con sarcasmo. —Hace un momento decías que la familia González no puede tolerar tener amantes dentro de la familia, ¿y ahora me dices lo contrario?

—Esto es diferente, haremos todo lo posible para que Eduardo te despose,— respondió Diego, visiblemente incómodo.

—Ni siquiera eres virgen, has estado con Carlos durante siete u ocho años, ya has tenido relaciones sexuales antes, ¿qué queda de tu castidad? — Sergio, impaciente, no se contuvo.

Carmen giró los ojos; ella había escuchado a Carlos decir que nunca había consumado su relación con Ana, porque Ana siempre había dicho que esperaría hasta el matrimonio.

—¡Sergio, cállate! — intervino Laura rápidamente para detener a Sergio.

¿Quién habla así de su hermana?

Aunque Anita es rebelde y no sigue sus planes, eso es solo porque los malinterpreta.

En realidad, Eduardo es un buen partido.

—Anita, Eduardo es un hombre digno de matrimonio, todos queremos lo mejor para ti, — dijo Laura con dulzura a Ana.

Ana miró a Laura, cuya sonrisa le parecía veneno. —Si yo fuera ustedes, sería más audaz, dejaría que me acostara con Alejandro, quizás así sería más fácil resolver las cosas.

Diego frunció el ceño. —No seas tan codiciosa, Alejandro está fuera de tu alcance, ni siquiera se interesó por Carmenita, ¿cómo va a fijarse en ti?

Si no fuera porque sabe que no puede usar trucos contra Alejandro, realmente habría intentado enviar a Carmenita a la cama de Alejandro.

—¿Así que te acercaste a Eduardo por Alejandro? Te aconsejo que elimines esa idea de tu mente, no eres digna de Alejandro, y si haces algo indebido que él descubra, arrastrarás a toda la familia González contigo, — dijo Gustavo, horrorizado y con voz severa.

—Dejemos esto así, Anita, deberías mudarte de vuelta a casa hoy, — concluyó Diego, decidiendo ir primero a la oficina.