Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1331

Resumo de Capítulo 1331 : Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate

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Había cámaras en la casa; todo estaba grabado.

Cuando Anita regresó, también pudo ver las cámaras para entender la situación.

—No necesitabas venir aquí. Lo que se roba nunca es realmente tuyo. Regresa y piénsalo bien. Despídela—, dijo la señora Marta, quien no quería perder más tiempo con Verónica. Levantó la mano para que Marina acompañara a la visitante hacia la salida.

Marina miró a Verónica con una sonrisa sarcástica.

Realmente odiaba a las personas falsas.

Especialmente a aquellas como la señorita frente a ella, que pretendían engatusar a Alejandro con su falsedad.

—Por favor, váyase, señorita Verónica. La señora Marta necesita descansar y no tiene tiempo para escuchar sus mentiras.

Al oír esto, Verónica se puso de repente muy pálida.

Su rostro cambió de verde a blanco.

Mordió sus labios, mirando fríamente a Marina. —Ya que eres una empleada contratada aquí, cumple con tu deber. Convéncelos: los muertos no pueden resucitar. Él murió hace tres años. No molesten más a los difuntos ni culpen a otros.

—Olvidé decirle, señorita Verónica, que aquí tenemos seguridad. Si sigue diciendo pendejadas, la seguridad vendrá a sacarla. Todo este lugar está vigilado. Si la capturan, se hará famosa. Además, es legítimo que la señorita Ana vea al señor Alejandro. La persona que quiere tomar lo ajeno es usted, — respondió Marina, tirando de la esquina de su boca con una expresión desafiante.

Personas como Verónica, que no tenían claro quiénes eran, realmente eran muy molestas.

No respetaban a nadie.

¡Ella haría que se arrepintieran tarde o temprano!

La señora Marta sonaba muy convincente cuando decía que podía asegurarse de que no tuviera que preocuparse por el dinero en su vida, pero lo que Verónica quería no era solo eso. Ella deseaba que sus descendientes también pudieran disfrutar de ese estilo de vida. Lo que anhelaba era el respeto que venía con ser la esposa de Gonzalo.

Nadie debía intentar quitarle lo que era suyo.

En el camino de regreso, hizo una llamada. —Investiga dónde estuvo Ana hoy y en qué hospital está haciéndose chequeos la señora Marta.

Casa Rojas.

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