Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1418

En la pantalla, el avatar era claramente el de una mujer.

Luego, una frase clara: "¿Ya te has dormido?", hizo que Haila sintiera un apretón en el pecho.

No alcanzó a ver más.

Alguien que pregunta con tal familiaridad, seguramente son personas muy cercanas.

Haila vio que Lucas cerró rápidamente WhatsApp y no preguntó si algo urgente sucedía, lo que la dejó algo desconcertada: —¿Ella necesita algo urgente de ti? ¿No quieres llamarla?

En realidad, lo que quería preguntar era quién era esa persona.

No parecía que fuera una compañera de estudios.

Tampoco de los grupos a los que ambos pertenecen.

El avatar mostraba a una mujer desconocida, pero hermosa.

Ella sabe que muchas mujeres se interesan por Lucas, y que él no puede evitar interactuar con ellas. No es de las que se pone celosa sin razón, no quiere poner a Lucas en una situación incómoda o difícil, por lo que no indagó demasiado sobre la identidad de esta persona.

Sin embargo, en su corazón, no podía evitar sentir una especie de espina.

Parecía que cuanto más tiempo pasaba con Lucas, más sentía que él era una persona con secretos.

Lucas parecía ocultar cosas.

Aunque en ese momento la luz del cine era tenue y estaban sentados muy cerca, no podían ver claramente la expresión del otro.

Sin embargo, Lucas aún podía sentir que Haila había visto algo y empezaba a sospechar de él.

—Oh, es la coordinadora de la cafetería donde trabajo a tiempo parcial. Si me busca a esta hora, probablemente quiere que cubra un turno para ella, y pues mejor no le respondo, mañana le diré que me acosté temprano esta noche y no vi el mensaje. —Lucas se sintió nervioso por un momento, pero afortunadamente había enfrentado situaciones similares antes y sabía pues cómo manejarlas.

Al escuchar que era la gerente de la cafetería, las sospechas que Haila había empezado a tener se disiparon: —Ah, ya veo, bueno, la película ha terminado, vámonos.

Viendo que la sospecha en los ojos de Haila casi había desaparecido, Lucas soltó un suspiro de alivio: —Bien, vámonos.