Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1420

Lourdes tenía las mejillas algo rojas.

Nunca imaginó que un día se casaría con alguien a quien realmente amaba.

La sensación de casarse con la persona que amaba, con la posibilidad de pasar juntos toda la vida, a veces le parecía un sueño.

—Siempre he querido presentarlos, pero nunca se presentó la oportunidad. —Dijo Lourdes con una sonrisa.

Ana dijo: —No hay prisa.

Desde la descripción de Lourdes, Ana tenía una buena impresión del prometido de Lourdes.

Confía en la relación entre ellos.

Una boda acordada tanto por los padres en el extranjero como en el país, todo parecía adecuado.

Continuaron charlando un buen rato.

A Lourdes realmente le gustaba el lugar donde vivía Ana ahora.

Aunque no era una villa, era un gran apartamento, tranquilo, con bonitas vistas y buena visibilidad.

—¿Alejandro realmente no recuerda nada ahora? —Preguntó Lourdes, expresando su duda.

Había muchas historias sobre la amnesia de Alejandro últimamente.

Pero a veces pensaba que todo eso podría ser solo excusas de Alejandro para la guerra comercial.

Alejandro debió haber tenido experiencias inimaginables estos tres años.

Ana asintió: —Él realmente ha perdido la memoria, y hasta ahora no ha recordado nada del pasado.

Lourdes replico: —Entonces, él hacia ti...

—El amor no necesita memoria. —Ana antes dudaba de los sentimientos de Alejandro hacia ella, pero después de más de tres años, confiaba completamente en su relación.

Lourdes se sorprendió inicialmente, luego sonrió y asintió: —Sí, el gusto por alguien no depende de la memoria, amar a alguien siempre viene del corazón.

Amar a la misma persona incluso sin memoria demuestra que es verdadero amor.

...

Lourdes se fue conduciendo.

No esperaba que fuera Salvador.

A su lado había una mujer, diferente a la que había visto antes. Así que otra vez había cambiado de novia.

—No estoy segura, creo que se averió. —Respondió Lourdes con un movimiento de cabeza.

Después de algunos años, enfrentarse a Salvador ya no le provocaba ninguna emoción especial.

—Déjame echar un vistazo. —Dijo Salvador y enseguida se dispuso a revisar el auto.

Siempre había sido un apasionado de los autos y le gustaba conducir. Los problemas sencillos podía solucionarlos por sí mismo.

A un lado, la atractiva mujer que lo acompañaba observaba discretamente a Lourdes.

Desde que estaba con Salvador, nunca lo había visto tan atento con ninguna mujer.

¿Para qué molestarle para que venga a repararlo, si esto no es necesario?

Bastaba con una llamada para que alguien viniera a encargarse del problema.