Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1431

Lucas dijo en secreto. ¿Por qué Haila ya noacaeptaba sus historias?

A pesar de todo lo que había dicho, ella seguía mostrando una expresión muy indiferente.

—Acabo de decidirlo, estos días estamos contratando personal y también decorando el lugar de trabajo. —Respondió él.

De repente, Haila se dio cuenta de que Lucas, mientras le hablaba de esto, nunca la miraba a los ojos.

Parecía que a Lucas no le gustaba mucho el contacto visual.

Las veces que se miraban a los ojos no eran muchas.

¿Cómo es que no había notado eso antes? No, ella había prestado atención a esto antes, solo que en ese momento había creído en la explicación de Lucas, pensando que era tímido como él decía.

—¿Podrías llevarme a verlo? —Preguntó ella.

Lucas dudó un momento, luego encontró los ojos de Haila.

Sus miradas se cruzaron.

Haila, con su aguda percepción, sintió que los ojos de Lucas buscaban algo.

Parecía estar adivinando lo que ella estaba pensando.

Al darse cuenta de esto, algo tocó el corazón de Haila.

—Claro que sí, hablaré con el jefe y en estos días te llevo a ver, aunque puede estar un poco sucio, están en plena decoración y hay polvo por todas partes. —Dijo Lucas.

Haila, con la cabeza baja y pensativa, dijo distraídamente: —Acabo de recordar que mi hermano me pidió que vuelva a casa al mediodía, me voy a casa primero, cualquier cosa te escribo.

Después de decir esto, se levantó para irse.

Haila rodó los ojos: —¿Por qué tienes que ser tan molesto?

—Aunque soy molesto, soy sincero y un buen amigo, ¿acaso no vienes a mí cuando tienes problemas? —Pablo también le devolvió la mirada.

En realidad, quería decir que, aunque era molesto, era sincero.

No como el novio de Haila, Lucas, que a la vista de todos es un estudiante universitario guapo y radiante, pero por detrás se mezcla con todo tipo de gente problemática, quién sabe si ya habrá contraído alguna enfermedad, ¡no! La enfermedad tendría pues que esperar a que él y Haila terminaran.

Haila realmente pensaba que Pablo era demasiado directo al hablar, pero sabía que si tenía un problema real, podía confiar plenamente en él.

Así que dijo sin rodeos: —Pablo, creo que Lucas me está ocultando algo.

Pablo de repente abrió mucho los ojos: —¿Pero cómo es que...?