Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1457

Todos eran conscientes de lo que estos objetos malignos podrían aportarles, cada uno tenía su propio plan, todos eran bastante astutos. Ahora todos entendían que, una vez que Xavier falleciera, su generación se desmoronaría, y entonces, su situación no podría compararse para nada con la actual.

¿Por qué no planificar ahora y esperar a perderlo todo para empezar a hacer planes?

¡Eso sería demasiado tarde!

¡No eran ningunos pendejos!

Luego, comprendiendo cada uno lo suyo, se llevaron los objetos malignos y los papeles de hechizos que les pertenecían.

Tampoco se detuvieron a preguntar para qué servían los objetos de brujería de los demás.

Tal vez, en ese momento, cada uno pensaba que los objetos para hacer brujería y hechizos que habían conseguido eran más poderosos y les permitirían lograr sus deseos.

...

En el auto, Ana le contó a Alejandro todo sobre los objetos malignos encontrados.

Alejandro, después de escuchar atento, no mostró emoción alguna.

Habiendo perdido la memoria por completo, no sentía ningún vínculo familiar con Xavier y los demás, y ya tenía una idea bastante clara de lo que habían estado haciendo estos años, gracias a su asistente Eduardo, lo que intensificaba aún más su falta de lazos familiares.

—Los desastres que uno mismo provoca no se pueden evitar, se lo buscaron y listo, no hay que preocuparse por ellos en el futuro. —Dijo Alejandro.

Ana sonrió y preguntó: —¿No te interesa saber qué efecto pueden tener la brujería en ti?

Alejandro bajó con timidez la mirada hacia ella.

En sus ojos profundos, todo lo que veía era solo a una hermosa mujer frente a él.

Con un tono de confianza, dijo: —Estando tú aquí, esos trastos no pueden hacerme daño.

Ana se quedó sin palabras por un momento.

Luego no pudo evitar reír: —Sí tienes razón.

Los dos tenían ese tipo de entendimiento mutuo.

Dado que ella había encontrado esos objetos malignos y ya había descubierto todo sobre ellos, ¿cómo iba a no hacer nada al respecto y simplemente irse?

Ella y Alejandro estaban felices.

¿Cómo es que en menos de un día, la situación de Marta había cambiado tanto?

—No temas, vamos al hospital primero. —La voz de Alejandro era en extremo calmada, sin rastro de pánico.

Ana aceptó, pero se sentía como si un enorme peso presionara con firmeza su pecho, casi sin poder respirar.

Un presentimiento oscuro la envolvía.

Pronto llegaron al hospital.

Cuando vio a Narciso parado justo frente a la habitación, de repente entendió por qué la condición de Marta había empeorado tan de repente: ¡era por culpa de Narciso!

¿Cómo pudo haber olvidado a Narciso?

Narciso, al notar que alguien se acercaba, levantó la vista y al ver llegar a Alejandro y a Ana, primero se quedó sorprendido y luego su rostro cansado mostró un indicio de culpa: —No sabía que la señora Marta estaba tan mal. ¿Por qué nadie me lo dijo?