Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 147

El otro lado estaba dispuesto a renunciar incluso a los costos iniciales de la colaboración con tal de cancelarla.

—Estos pequeños problemas no deberían ser consultados conmigo. ¿Para qué les pago sueldos altos? ¡Lárguense todos! — Diego perdió completamente la compostura que se espera de un director ejecutivo.

Gustavo miró a Diego, quien ya había perdido su estabilidad emocional. Sus ojos estaban llenos de venas rojas y dijo: —Papá, me temo que nuestra empresa no aguantará mucho más. Lo he entendido; claramente hay alguien que está intencionadamente en contra nuestra.

—¿En contra nuestra? Eduardo no tiene la capacidad para hacer que Alejandro escuche sus órdenes y presione a una empresa ya establecida. — Diego negó con la cabeza, algo que no podía entender del todo.

¿Dónde estaba el error?

¿Por qué alguien querría sabotearnos a propósito?

Parecía que querían destruir todos los años de esfuerzo y logros.

—Eduardo realmente no debería tener la capacidad de hacernos ataques directos. El presidente García definitivamente no escucharía sus consejos. Pero en la ciudad A, las fuerzas que pueden hacer que muchas empresas teman y nos obliguen a cancelar nuestras colaboraciones no son muchas. — Gustavo habló seriamente.

Diego frunció el ceño intensamente, —Parece que hemos estado pensando en la dirección equivocada estos días. Lo que deberíamos hacer ahora no es tratar de recuperar esas empresas con las que colaborábamos, sino encontrar a la persona que realmente está detrás de esto.

De repente, Gustavo pensó en alguien, —¿Podría ser Anita? Ella nos odia mucho.

Cuando estaba solo, él reflexionaba sobre por qué Ana podría odiarlos. Simplemente no lo entendía. Ana había crecido en una familia no muy pobre en el campo, pero desde que regresó a su casa, la calidad de vida había mejorado notablemente. ¿Podría ser que no estuviera satisfecha?

—¿Ella? Ella no tiene la capacidad. — Diego lo negó rotundamente.

—Aunque ella no pueda hacerlo, un magnate poderoso sí podría. Tal vez nos hemos equivocado desde el principio, la persona que la mantiene no debe ser Eduardo, definitivamente es alguien más, alguien con una posición muy alta en ciudad A. — Gustavo sabía que Ana era hermosa, aunque no quería admitirlo, pero era cierto que Ana era más bella que Carmenita.

A los hombres de cualquier edad les gustan las chicas jóvenes y bellas.

Y Ana es joven y hermosa.