Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1479

Haila de repente sintió una profunda irritación: —Lucas, ¿por qué eres tan molesto? ¡Es demasiado frustrante!

—¡Haila! —Exclamó Lucas, sorprendido.

¿Qué le ocurría a Haila?

Al principio, ella se quedó sorprendida, luego observó a Lucas frente a ella con total desconcierto.

¿Cómo era posible que viera aún a Lucas?

¿No se habían ya separado?

Pero inmediatamente volvió a la realidad.

Ella y Lucas se habían reconciliado.

Pero...

¿Qué problema tenía acaso su mente? ¿Cómo podría pensar que Lucas no tenía la culpa?

—Lucas, mejor aléjate de mí. He sido engañada recientemente, ¿cómo pude reconciliarme contigo? No vengas a buscarme de nuevo, no quiero verte. —Dijo Haila, fuera de control, con algo de ira.

De repente, el peso que había estado oprimiendo con fuerza su pecho pareció desvanecerse al instante.

Sí, no puedo seguirme engañándome a sí misma.

¡Lucas era un mentiroso!

Lucas quedó atónito.

¿Qué está pasando? ¿Cómo es que Haila parecía haber cambiado por completo de repente? ¿Se ha convertido en la misma persona que era justo antes de que rompieran?

Su actitud era de absoluto rechazo.

En sus ojos era visible su disgusto por él.

—¿Haila? ¿Qué te pasa? ¿Es porque compré los boletos de avión y reservé el hotel sin tu consentimiento, o porque te presioné demasiado para que viajaras conmigo? Si estas cosas te han molestado, entonces deberíamos hablarlo —Lucas se mostraba algo desesperado.

Haila miró con rabia a Lucas, quien parecía humilde, y su cabeza comenzó a dolerle de nuevo.

Dos voces empezaron a batallar con más ímpetu en su mente.

Pero la actitud anterior de Haila había sido realmente determinante...

...

Al día siguiente.

Por la mañana, cuando Ana despertó, todavía sentía los efectos de la terrible resaca.

No tenía fuerzas y le dolía demasiado la cabeza.

Beatriz todavía dormía en el sofá.

Las dos habían bebido bastante entre lágrimas y risas la noche anterior, hasta que finalmente se quedaron dormidas.

Después de beber un poco de agua, fue enseguida a buscar su celular.

Casi no quedaba comida en casa de Beatriz, no encontró ni un grano de arroz para cocinar.

No tuvo más remedio que abrir la aplicación de comida a domicilio para ver qué podía pedir, pero justo al encender el celular, de repente un mensaje en la pantalla la hizo despertar al instante.