Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1488

Ana en realidad no sabía qué decir: —Cuida de ti misma.

Ella no tenía claro qué hacer.

Engañada por Lucas en todos los aspectos posibles y al borde de perderlo todo, aún se preocupaba por cosas insignificantes.

Después de todo lo ocurrido, todavía se negaba a ver la realidad.

El café de hoy le parecía algo insípido.

Verónica, con el corazón agitado y el rostro pálido, no se daba por vencida y confrontaba a Ana una y otra vez: —¿Qué quisiste decir con todo esto? Por tus palabras, parece que conoces bien a Lucas, ¿no es así? ¿No estarás celosa de que un joven universitario tan guapo y capaz como él se interese por mí? En mi opinión, no es menos que Alejandro. ¡Debes estar celosa, en realidad estás celosa!

Nadie más podía engañarla, excepto Lucas. Durante meses, había pasado por una serie de dificultades y todos sus amigos la habían abandonado. Durante su estadía en la ciudad A, Lucas había sido su apoyo, ayudándola a superar cada día difícil.

Le dio una razón para quedarse en la ciudad A, haciéndola esperar con ilusión el futuro. Y esta empresa fue en la que puso todo su esfuerzo.

Casi todo su dinero lo invirtió en esta compañía.

Ahora, reflexionando sobre este asunto, solo podía pensar en el amor de Lucas por ella, un amor dispuesto a darlo todo, un amor incondicional en el que solo existía ella y nadie más.

Por eso, estaba convencida de que Lucas nunca podría engañarla.

¡Ana intentaba sembrar discordia entre ellos!

Ana se sintió aún más dominante: —Piensa lo que quieras.

—¡Eres tan malvada! Ya me has quitado a Alejandro, ¿y ahora también quieres dejarme sola? ¿Qué ganas con destruir mi relación con Lucas? ¿Tú en qué te beneficias te beneficias de todo esto?, estás celosa de que yo haya estado con Alejandro durante estos últimos tres años y ahora quieres verme sufrir. Sería aún mejor para ti si nadie me quisiera, eso te haría feliz, ¿verdad? Actúas tan indiferente, como si nada te importara, pero en realidad, ¡tienes el corazón más cruel que he visto! Ana, te he descubierto, y algún día, Alejandro también verá tu verdadera cara. ——Verónica continuaba acusando a Ana con los ojos muy abiertos.

Parecía como si en realidad hubiera visto toda la vileza y el menosprecio de Ana.

¡Sí, eso era! Era una venganza de Ana.

Ana no quiso decir una sola palabra más y simplemente salió de la cafetería.

Esta vez, Verónica no detuvo a Ana.