Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1508

Estas exageraciones, tan comunes en algunas novelas y series de televisión, casi no existen en la vida real.

En la vida real solo existen tristes y crudas verdades.

Ahora, su familia estaba bien.

Algunas personas, después de haber desaparecido tanto tiempo, no deberían reaparecer para solo perturbar su pacífica vida actual.

Julio Gutiérrez se percató de que Javier lo había reconocido.

Sabía muy bien que Elena era una persona sentimental y estaba seguro de que no habría dejado a sus hijos sin noticias de su padre.

Por eso, sin duda alguna, había fotos de él en casa.

Al observar con detenimiento cómo Javier de repente cambió su expresión y se desentendió de él, Julio no se sorprendió.

—Javier, sabes que soy tu padre y ahora que tienes tiempo, deberías darme la oportunidad de hablar contigo.

Javier respondió con frialdad: —Te dije que mi padre murió hace tiempo. Si en verdad eres mi padre, ¿dónde has estado metido todos estos veinte años? Aparecer ahora y decir que eres mi padre, ¿no es un poco tarde para hacerlo?

Después de hablar, Javier cerró despreocupado el maletero y se dirigió a la puerta del conductor.

Julio, sorprendido por la actitud distante de Javier, lo siguió a toda prisa y dijo: —Hay cosas que no se pueden explicar en unas pocas palabras. Vamos a comer algo juntos, hijo.

—No es necesario, y no me busques más en el futuro. Además, no molestes a mi familia. —Javier dijo con frialdad antes de pisar el acelerador y alejarse a gran velocidad dejando allí a Julio.

Julio, observando a Javier alejarse con una guardia alta, se quedó pensativo.

Nunca esperó que su hijo menor, al igual que sus otros dos hijos, fuera tan indiferente con él.

Antes de ir a buscar a Javier, había intentado contactar a Francisco y Manuel, pero ambos lo ignoraron por completo. Incluso Francisco le advirtió enfáticamente que no buscara a Elena.

Ahora su hijo menor también reaccionaba igual.

En cuanto a Ana, si esa persona hubiera investigado a fondo, debería saber la situación de Ana y probablemente no iría a buscarla.

Así que...

Ahora parecía que solo podía hablar con Ana sobre esto.

...

Ana estaba de vacaciones en un resort de aguas termales con Alejandro cuando recibió de repente la llamada de Javier.

Ambos aún estaban sumergidos en el manantial.

—¿Ya te mudaste? —Preguntó Ana con una sonrisa.

Javier respondió: —Ya llegué al apartamento, estoy descansando en el sofá ahora.