Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1562

—No puedo hacerlo, tengo miedo, te lo prometo. En un mes, tendré relaciones con Alejandro para que se enamore de mí, ¿está bien? Si no fuera mi primera vez, quizás él ni siquiera me valoraría.

Victoria estaba realmente asustada; ¡no quería perder su virginidad con un hombre sucio como él!

Su primera experiencia sexual estaba destinada a su futuro esposo, pero ahora, dado que su futuro esposo quizás ya no estaba en la ecuación, ella esperaba poder elegir a alguien que realmente le gustara.

El presidente Enrique, que tenía la misma edad que su padre, no era alguien a quien ella pudiera complacer.

Hay que decir que las palabras de Victoria calmaron poco a poco al presidente Enrique.

Este último entrecerró los ojos de inmediato.

Victoria, a veces, tenía sus sutiles tácticas.

Y, ¿a quién no le gustaba que la mujer que durmiera a su lado fuera pura?

—Está bien, te doy un mes. Si después de un mes no has tenido relaciones con Alejandro, tendrás que tener relaciones conmigo.

Dicho esto, le lanzó a Victoria un disco duro.

—Llévatelo y aprende de una vez por todas cómo complacer a un hombre.

Al oír esto, el rostro de Victoria se enrojeció.

El presidente Enrique, viendo su reacción, se sintió muy tentado. Bueno, esperaría un mes más.

Después de un mes, incluso si no tenía éxito, no tiene nada que perder. Una chica tímida como ella, si podía hacer todo lo que estaba en el disco duro, habría valido la pena.

—

Después de bañarse, Ana encendió la televisión.

Estaban transmitiendo las últimas noticias locales.

Las torrenciales lluvias de hoy ya habían inundado varios comercios con sótanos incluidos, y el tráfico en las calles estaba casi afectado en su totalidad.

Su decisión de quedarse en el hotel hoy había sido muy acertada.

Muchos de sus colegas todavía estaban atrapados en el tráfico.

Después de ver las noticias por un rato, Beatriz la llamó.

—¡Me casé, felicítame!

El sonido de la lluvia afuera era estruendoso.

Al escuchar la palabra "casada", los ojos de Ana se iluminaron: —¡Felicidades, mil felicidades!