Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1646

Ana siempre había tenido sentimientos complicados hacia Edgardo, su mentor de avanzada edad. Lo admiraba demasiado, pero difería con muchas de sus acciones, él era demasiado extremista en sus métodos, lo que había perjudicado a cantidad personas a lo largo de los años.

Inesperadamente, después de varios años, Edgardo le presentó otro gran desafío a Ana.

Susana se levantó con brusquedad.

—Tengo cosas que hacer, me voy ahora.

¡Había sido imprudente por su parte!

No debería haber venido a ver a Ana de forma tan precipitada.

Debería haber esperado un poco a que Alejandro recuperara su memoria y luego tener un motivo legítimo para visitar a Ana.

Se acercó a Alejandro a través de Victoria con el único propósito de hacer que él recordara a Susana.

Durante estos años, no solo Ana había estado en su mente, sino también su amado Alejandro.

Sin darse cuenta, se había enamorado de ese hombre, especialmente porque las noticias sobre Alejandro eran abundantes en línea, cuanto más investigaba, más fácil era sumergirse en todo su ser.

Por eso precisamente era que odiaba a Ana.

La persona que debería estar al lado de Alejandro era ella.

Ella era Carmen.

Tenía dos hermanos que estaban prosperando en sus respectivos campos y un hermano menor. Su madre también se había casado con un magnate de primer nivel, todo lo que tenía que hacer era simplemente volver con ellos y tendría todo.

Pero para eso, Ana, quien era como un obstáculo en su camino, tenía que ser definitivamente eliminada.

—No eres Carmen, solo eres Susana. —Ana también se levantó, mirando fijamente a Susana con una mirada despectiva y penetrante.

Esa mirada parecía ver a través de Susana, quien estaba justo delante de ella.

El cuerpo de Susana tembló con violencia.

Y ella palideció

Parecía que las cuentas en su muñeca también estaban calentándose un poco.

Los recuerdos en su mente luchaban entre sí, creando un caos total.

Y su cabeza empezó a dolerle más y más.

Al ver el desprecio con el que Ana la miraba, Susana se enfureció hasta el punto de que su rostro se enrojeció: —¿Me desprecias, verdad?

—Cada perla de tu pulsera está sucia, no hay un solo minuto, mientras las tocas, en que pienses en hacer el bien. Te has convertido por completo en su esclava. —Dijo Ana, no era para asustar a Susana ni tampoco para exagerar la situación.

Ella podía manejar con facilidad otros objetos malignos.

Pero no podía manejar este.

Solo podía evitar que Susana usara este brazalete para hacer daño a otros en el futuro.

Así que, de ahora en adelante, este brazalete solo podría dañar a la propia Susana.

Al oír la palabra "esclava", el rostro de Susana de inmediato se tornó aún más pálido y su mano entera temblaba mientras Ana la sostenía.

Ana tomó su bolso y se fue.

Susana se quedó parada allí como tonta, mirando atónita cómo Ana se alejaba.

No sabía si era su imaginación, pero de repente sintió que no era Carmen.

Ella era solo Susana.