Resumo de Capítulo 1666 – Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate por Internet
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La madre de Julieta no había terminado de hablar cuando, al escuchar las palabras siguientes de Ana, su rostro se descompuso totalmente.
—No estoy segura de lo que mencionas, ustedes sí están involucrados en alguna irregularidad, o si han sido acusados injustamente, pueden hablarlo con la policía o con la plataforma de su transmisión en vivo, decírmelo a mí no sirve de nada —dijo Ana con el rostro inexpresivo.
En su opinión, sus disculpas parecían falsas.
Si no hubiera sido porque habitualmente no actuaban conforme a la ley, entonces no habrían dado oportunidad a otros de encontrar pruebas de sus infracciones legales.
Esa vez fue Alejandro quien intervino, pero ella pensaba que siempre habían sido demasiado arrogantes, pisoteando los derechos de los demás, por eso estaban sufriendo un contragolpe tan severo.
—Si no hubiera sido por ti, ¿cómo es posible que ahora no tengamos ninguna capacidad de contraataque? Nosotros... ya hemos admitido nuestros errores, ¿no es eso suficiente? —La madre de Julieta no pudo contenerse, acostumbrada a ser arrogante, de repente tenía que ser humilde, y eso era algo que no podía soportar.
El padre de Julieta se sobresaltó y ya era demasiado tarde para cubrir la boca de la madre de Julieta.
—Señora, por favor no tome en cuenta lo que dice la madre de Julieta, ella... está delirando, ¡está delirando! Solo esperamos que usted pueda ayudarnos a superar este momento difícil —dijo el padre de Julieta empujando a la madre de Julieta hacia un lado, explicándose de manera ansiosa a Ana.
La madre de Julieta fue empujada y cayó al suelo.
El profesor se apresuró a ayudarla a levantarse.
El padre de Julieta no se preocupó por ella en absoluto, realmente detestaba la estupidez de su esposa, quien sin averiguar quién era la otra parte, se atrevió a ofender directamente.
La directora, al ver este espectáculo, estaba tremendamente angustiada.
Ana miró su reloj y luego le dijo a la directora: —Todavía tengo mucho trabajo pendiente, si no hay nada más, directora, me voy.
Ya había dicho lo que tenía que decir y mostrado su postura.
Perdonar no era una opción.
Ayudar a los padres de Julieta a superar este problema tampoco era posible.
La madre de Julieta colocó sus palabras de manera que parecía estar en una posición desventajosa.
Había olvidado completamente lo arrogante que había sido al intimidar y amenazar a otros antes.
El rostro de Ana se endureció.
El profesor se asustó.
La directora frunció el ceño y sacó su celular para hacer una llamada. —Emiliano, ven aquí con alguien.
En la escuela infantil, se empleaban algunos guardias de seguridad.
Ella no quería tener que escalar la situación hasta el punto de llamar a los guardias de seguridad.
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