Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1669

Denisse quedó algo atónita, parpadeó un par de veces y luego pareció confundida y desorientada.

Esto...

¿Realmente no era algo que Teresa haría?

¿Entonces por qué Ignacio de repente la estaba ignorando?

Justo cuando no podía entenderlo, el chofer de Ignacio de repente la llamó, y ella respondió rápidamente.

—¿Complejo de Aguas Termales? ¿El mismo al que fui antes?

—Oh, ¿vienes a recogerme? Ah, no es necesario, iré en mi auto, conozco el camino.

—Por favor, dile a Ignacio que he estado pensando mucho en él estos días, ¡nos vemos esta noche!

Ella dijo esta última frase en voz alta, específicamente para que Teresa la escuchara.

Claro, no importaba si Teresa la escuchaba o no.

Si lo hacía, mejor, así Teresa vería que Ignacio realmente ya no la tenía en su corazón, que ahora solo estaba ella. También sabía cómo coquetear con los hombres, y era muy buena consolándolos; no era de extrañar que Ignacio la prefiriera.

Los hombres siempre tenían un deseo de protección.

Cuando veían a Teresa, sabían que ella era una mujer sin sentido del humor, muy enfocada en su carrera, aparentemente fuerte e imponente.

¿A cuántos hombres les podía gustar eso?

Absolutamente ningún deseo de conquista.

¡Ella no sería tan tonta como para no mostrarse siempre débil y vulnerable ante Ignacio! Incluso si algún día se convertía en una actriz famosa, frente a Ignacio debía seguir siendo una mujer frágil.

Sería mejor que todo lo que Teresa dijo ese día fuera verdad. No debía interponerse entre ella e Ignacio.

En la habitación, Teresa escuchó lo que Denisse había dicho.

Denisse habló tan alto que, incluso a través de una puerta, se podía oír claramente.

Miró a su alrededor.

Esa casa, desde el principio, nunca había sido suya.

Denisse tenía razón en algo: quizás desde el inicio fue ella quien, moralmente, había coaccionado a Ignacio, impidiéndole terminar su relación.

Al principio, se engañó pensando que entre ellos existía amor, pero ahora, su antigua arrogancia finalmente la había castigado.

Después de quedarse absorta por un momento, se levantó para empacar su maleta.

Organizó sus cosas una por una.

Había bastantes objetos de Ignacio en la casa, aunque no los había usado mucho ese año, siempre los había mantenido en su lugar.

Ahora, dejaría todo eso allí, junto con la casa.

Lo que había traído cuando se mudó, se lo llevaría consigo ahora. Esa noche, borraría cualquier rastro de su estancia allí.