Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 167

【Todo el mundo sabrá lo que has hecho, Sergio. ¡Tus días de tranquilidad están contados, loco!】

Sergio estaba furioso. 【¡Manuel, aseguraré que tu carrera sea un fracaso!】

！

Ya no eres amigo de esta persona.

¡Había sido bloqueado!

El rostro de Sergio se torció aún más de ira. No podía creerlo, estaba seguro de que algún día haría que Manuel y Ana se arrodillaran para pedirle perdón.

——

Ana estaba acostada en la cama, manejando pedidos de Amazon España, cuando Beatriz la llamó.

—Normalmente estás tan ocupada cuidando de tu familia, ¿cómo es que tienes tiempo para llamarme hoy?

—Mi marido está muy ocupado hoy, no tiene tiempo para acompañarme. Estoy sola en esta gran casa vacía, me siento tan sola y aburrida. Anita, creo que quiero tener un hijo —Beatriz se tocó su vientre plano.

Habían estado sin tomar precauciones últimamente, quizás ya había un bebé en camino.

Si resultaba estar embarazada, eso seguramente la mantendría ocupada y dejaría de tener pensamientos erráticos.

Ana estaba sorprendida: —¿Hoy es sábado? ¿El presidente Campos está tan ocupado?

Hablando de ocupado, parecía que Alejandro tampoco había regresado.

—Debe de estar lidiando con un proyecto complicado últimamente, está muy dedicado. Pero no sé si es porque he estado tanto tiempo en casa, siento que ya no se preocupa tanto por mí como antes —dijo Beatriz.

El miedo a perderlo era lo que sentía en ese momento.

Ana intentó sugerir una solución. —¿Qué tal si consideras trabajar?

—Me gustaría trabajar, pero mi esposo no quiere, y mi suegra tampoco espera que trabaje. Ella quiere que me quede en casa cuidando a Bryan, y a mi madre tampoco le parece bien —dijo Beatriz, sintiéndose melancólica.

—Todos me aconsejan tener un hijo, y de hecho estoy intentando quedar embarazada; tal vez pronto tenga buenas noticias.

Su madre decía que tener un hijo la mantendría ocupada todos los días.

De repente se detuvo, olfateando intensamente sobre Bryan. —Bryan, ¿estás con otra mujer?

Bryan frunció el ceño. —¿Qué estás diciendo?

—Hay un olor a perfume en ti, es uno que yo usaba antes, dijiste que no te gustaba y dejé de usarlo. Bryan, sabes que tengo un problema con la limpieza, si estás teniendo algo turbio con otra mujer, ¡jamás te lo perdonaré! —Beatriz dijo enfurecida, con los ojos llorosos.

Bryan miró más profundamente, con un tono algo resignado. —Hoy tuve un compromiso de trabajo, quizás alguien se perfumó y accidentalmente me tocó. Bea, has estado un poco emocional últimamente.

Beatriz se desanimó, con lágrimas en los ojos, dijo: —Lo siento, he estado demasiado tensa.

—Vamos a tomar unas vacaciones en unos días, a relajarnos.

—Lo prometes, esta vez no puedes faltar a tu palabra.

——

Domingo.

Ana llegó al Restaurante Cima de las Nubes, según la dirección que Nuria le había dado.