Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1724

Yolanda tardó en darse cuenta de que había alguien en la puerta.

Al ver a Javier parado justo frente a ella, se sorprendió por un momento y luego sonrió con naturalidad: —¿Por qué no fuiste a lavarte las manos y a cambiarte de ropa? Yo ya casi termino todo aquí. No necesitas ayudarme, solo lávate las manos y espera un momento sentado que yo termino.

Cuando terminó de hablar, sintió que algo no estaba bien.

Luego miró fijamente a Javier.

Con algo de vacilación, comenzó a hablar: —Javier...

¿Por qué me miras de esa manera tan extraña?

Tuvo una sensación indescriptible que la hizo sentir incómoda.

Javier pareció sonreír, luego con frialdad retiró su mirada: —Voy a cambiarme.

Viendo la actitud distante y extraña de Javier, Yolanda se quedó pensativa.

El sentimiento de pánico que había estado rondando en su mente estos últimos días volvió a surgir.

Sin embargo, no había tiempo para pensar demasiado, ya que el último plato estaba listo.

Con rapidez puso la comida en el plato.

Echó un vistazo a los otros tres platos colocados al lado, estos cuatro platos eran los que ella sabía cocinar muy bien, y usualmente, cuando Javier quería comerlos, les pedía que los preparara.

Después de todo, era su novio y pensaba que debería mimarlo tanto como pudiera. Rara vez no disfrutaba de la comida que ella cocinaba.

Pero...

La actitud distante y sombría de Javier había estado un poco extraña últimamente.

Ella se sentía un poco culpable.

Pero aún tenía esperanzas.

Ella sabía muy bien que no quería perder a Javier.

Unos minutos después, Javier ya se había cambiado a ropa de casa y salió.

Miró hacia la mesa del comedor.

—¿Qué? Pues yo... no tengo nada que decir, solo estoy algo preocupada porque últimamente has estado trabajando hasta tarde, no sé si tu cuerpo lo soportará. Y no te fijes en la presentación de la comida de hoy, puede que no se vea tan refinada, pero te aseguro que el sabor es excelente. —Yolanda se sintió ansiosa por dentro.

¿Sería que Javier ya estaba cansado de ella?

¿O se habría enterado de su reciente enredo con Adolfo?

Ella creía que Ana no le habría dicho nada a Javier, pero aún así no podía evitar sentirse nerviosa.

Javier notó que Yolanda evitaba su mirada y luego cambió de tema, sin querer confesar nada, por lo que ya no esperaba que Yolanda se sincerara.

Miró la comida frente a él, todavía desprendiendo un agradable aroma, y dijo con voz grave: —Ya cené, tú come sola.

—¿Qué ya comiste? Si mi primo dijo que ustedes acaban de salir del trabajo, seguro no tuviste tiempo para cenar. —Yolanda estaba muy sorprendida con su respuesta.

Javier respondió con tono apagado: —Solo fue un sándwich.

Después de decir esto, se levantó, decidido a terminar esta relación después de que Yolanda terminara de cenar.

No valía la pena perder más tiempo con todo esto.