Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1755

En los ojos de Beatriz se reflejaba un indicio de confusión: —Todavía no es el momento, esperaré un poco más.

—En cuanto a Mauricio... —Ana percibió que esta vez él parecía estar demasiado distante.

Beatriz sacudió la cabeza: —No me ha buscado. Creo que él debe pensar lo mismo que yo: ambos deseamos que esto termine pronto.

Ana no sabía en ese momento cómo consolar a Beatriz.

Aunque una tristeza se asomaba en el rostro de Beatriz, ella lo aceptaba con serenidad: —Desde que estuve con él, siempre supe que podría haber diversos desenlaces. Antes de casarnos, ya había conocido a su familia y sabía que no me aceptaban, pero aún así albergaba ilusiones, pensando que el tiempo me daría las respuestas. Era mejor intentarlo y seguir adelante, el proceso era lo que importaba, no el resultado. Ahora que veo el triste resultado, lo acepto con tranquilidad.

Ana sonrió: —Sabía que tendrías una buena actitud.

—¡Siempre he tenido una buena actitud ante los problemas! Ya tenemos más de treinta años, en unos años llegaremos a los cuarenta, ¿qué no podríamos entender o aceptar en estos momentos? —Beatriz no pudo evitar reír.

Si estas experiencias hubieran ocurrido hace diez años, seguro no las habría tomado tan tranquilamente.

En ese momento, el celular de Beatriz comenzó a sonar varias veces.

Era una alerta de nuevos mensajes en WhatsApp.

Echó un vistazo sin mucho interés.

Era una prima de Mauricio.

Había enviado varias fotos.

Sin necesidad de ampliarla, se podía ver a Mauricio sentado bebiendo con una mujer.

Estaban muy cerca el uno del otro, y sus miradas se cruzaban de vez en cuando con un entendimiento sombrío y un matiz que solo los adultos podrían interpretar.

Luego, las palabras de la prima de Mauricio continuaban.

[Creo que, ya que estás casada con Mauricio, deberías saber algo: no puedes esperar que Mauricio vuelva a casa todos los días. Hay muchas personas valiosas que merecen estar a su lado. Si no lo superas y le terminas pidiendo el divorcio, pues temo contarte que habrás perdido mucho, más de lo que vale la pena. De cualquier manera, mientras lo superes, el lugar de su esposa seguirá siendo tuyo, y nadie más podrá quitártelo.]

Cuando Beatriz vio la fotografía, palideció.

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