Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1809

—Tranquilo, no te afanes no soy ningún demonio devorador de hombres, no te haré daño. —Dijo Josefina mientras llevaba a Bernardo de regreso a su habitación.

Sin embargo.

Cuando abrió la puerta de su habitación, la escena que vio enseguida la sorprendió.

La temperatura dentro de la casa era casi la misma que afuera, y el mobiliario era extremadamente simple.

Solo había una desgastada mesa y un taburete.

Luego, junto a la pared, una vieja cama.

En la cama no había ni siquiera un edredón, simples tablones de madera.

Pronto entendió por qué Bernardo prefería estar afuera en lugar de quedarse en su habitación.

Al menos afuera había un poco de sol, mientras que aquí adentro estaba frío como una cueva de hielo.

¿Cómo había sobrevivido Bernardo hasta ahora?

—Siéntate, voy a buscarte algo.

Josefina nunca había visto a alguien en una situación tan miserable como Bernardo.

Se sentía demasiado incómoda.

De inmediato comenzó a buscar algo en su bolso.

Lamentablemente, no tenía medicamento para la fiebre, solo medicina cierta para el resfriado.

Por fortuna, tenía una botella de agua sin abrir.

—Toma esta medicina para el resfriado primero, y bebe un poco de agua para pasarla.

Bernardo no se movió.

Josefina enfrentó los ojos desconfiados de Bernardo: —Este medicamento para el resfriado ayudará a aliviar un poco tu enfermedad. No lleva mucho conmigo, pero mi abrigo podría ser de alguna utilidad, póntelo. Iré a comprar algunas cosas para aliviarte y luego volveré a buscarte.

Sabía que Bernardo no confiaría fácilmente en ella.

Si ella estuviera en su lugar, después de enfrentar tal trato injusto, tampoco confiaría con facilidad en nadie.

Después de irse, regresó a la ciudad antigua.

En el antiguo pueblito solo había una tienda para comprar abrigos.

Ella rápidamente seleccionó dos conjuntos de ropa interior térmica para hombres añadiendo cachemira.

Por fortuna también había algunos abrigos de plumas, y todos tenían un estilo de vestir tradicional, que se parecía un poco al estilo de la época de Bernardo, así que no parecía estar fuera de lugar.

Después de calmarse, pudo asegurarse de que esta mujer no tenía malas intenciones hacia él.

Aunque aún no podía determinar si ella era humana o un fantasma.

—Esto es lo que acabo de comprar, este es el medicamento para la fiebre, tómalo de la misma manera que la medicina para el resfriado que te di antes. —Dijo con firmeza Josefina, pasándole el medicamento enseguida para la fiebre.

Esta vez, Bernardo lo tomó directamente.

Josefina también sacó emocionada la ropa interior térmica y el abrigo.

Debido a la prisa, no había tenido tiempo de lavarlos.

Lo importante ahora era mantenerse caliente lo antes posible.

—Estos son la ropa térmica y el abrigo, póntelos rápido, no puedes permitirte enfriarte más con la fiebre que tienes. Voy a esperar un momento afuera, llámame cuando estés listo.

Después de decir esto, Josefina salió enseguida.

Bernardo miró la ropa térmica y el abrigo de materiales desconocidos, y un destello de curiosidad cruzó de inmediato por sus ojos.

Mientras Josefina esperaba atenta afuera, aproximadamente diez minutos.

Justo cuando estaba a punto de hablar para preguntarle si necesitaba algo más, fue de repente lanzada de regreso al hotel.