Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 242

Alejandro acababa de terminar su sesión de ejercicios.

Mientras descansaba y tomaba café, echó un vistazo a su teléfono.

Cuando vio el Instagram de Ana, se quedó congelado.

En la foto, ella estaba junto a un hombre de aspecto serio. La gran diferencia de altura entre ellos hacía que Ana pareciera frágil y delicada.

El hombre, inclinado, miraba a Ana con una ternura evidente en sus ojos.

Era solo una foto simple, pero se podía notar que el hombre sentía algo por Ana, y que ella estaba de buen humor.

¿Era este el amigo que Ana había ido a ver hoy?

——

Una sola foto desató una tormenta.

Pablo, al ver la foto, se sintió mal al instante.

Qué coincidencia, él conocía al hombre; lo había arrestado y lo había interrogado antes.

Un amigo con el que había ido a montar en bicicleta fue asesinado, y este mismo detective había sido el encargado de ese caso.

Durante el interrogatorio, casi lo volvieron loco; si no hubiera sido porque realmente no había hecho nada malo, habría confesado hasta su más íntimo secreto de haber mojado la cama de niño.

Ese era el marido de Ana...

——

Carlos había sido bloqueado por Ana y no podía ver su Instagram.

Pero tenían muchos compañeros en común del instituto.

Además, los compañeros sabían que él y Ana se habían separado, así que le enviaron una captura de pantalla del Instagram de Ana.

Cuando Carlos vio la foto, dejó caer todo lo que tenía en las manos.

Porque frente a ella estaban Elena y los demás.

No sabía qué decirles, así que cuando alguien le envió el Instagram de Ana al móvil, lo abrió de inmediato.

Cuando lo vio, se puso muy feliz.

De esta manera, ya no necesitaba seguir intentando agradar a Elena y a los demás. Después de todo, la única razón por la que estaba molesta era porque pensaba que Ana estaba con Alejandro, pero ahora todo era una farsa. ¿Por qué seguir esforzándose tanto?

—Carmen, hay una habitación en la casa. Si quieres volver, puedes hacerlo en cualquier momento,—dijo Elena cuando vio que Carmen bajaba el teléfono.

Carmen rodó los ojos en su interior, deseando burlarse de la falta de autoconciencia de Elena, pero se contuvo.

Sería mejor si Ana no tuviera escapatoria.

Ya que estaba allí, decidió engañar a Elena y a los demás.

—De acuerdo, cuando la salud de mi madre adoptiva mejore, volveré a vivir con mamá. Solo que no sé si a mi segundo hermano y a mi hermano menor les alegrará mi regreso,—dijo Carmen, mirando a Manuel y a Javier.