Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 253

El hombre en el espejo, con los ojos teñidos de deseo, era una faceta de sí mismo que nunca había visto antes.

En el lavabo había una caja de cigarrillos.

Sacó uno.

En cuestión de segundos, el humo llenó el aire.

Mientras sacudía la ceniza, bajó la mirada hacia las marcas de dientes en su hombro, un poco distraído.

——

Después de escapar a su habitación, Ana corrió directamente al baño.

Al verse en el espejo, con el cabello desordenado y un aspecto algo desaliñado, respiró hondo.

—¡Locura!

¡Olvídate de todo lo que acaba de pasar!

Agarró el secador de pelo y, con la mente algo alterada, comenzó a secarse el cabello mojado.

Sin poder controlarse, recordó lo que acababa de suceder, y su mano tembló ligeramente.

Respiró hondo tres veces más.

La próxima vez que ayude a alguien, debe ser más cuidadosa, ¡no puede bajar la guardia otra vez!

Hace un momento...

Menos mal que Alejandro fue lo suficientemente racional; de lo contrario, hoy podría haberse entregado a él sin saber cómo.

Sin embargo, también demuestra que Alejandro no siente nada por ella, por lo que pudo mantenerse calmado en el momento crucial.

Después de secarse el cabello, se recostó en la cama, dando vueltas sin poder dormir.

—Casi olvido que no he gestionado las órdenes de la tienda.

Hoy no había muchas órdenes.

Y todos los artículos eran fáciles de identificar, por lo que no le llevó ni media hora manejarlos todos.

Justo cuando iba a bloquear la pantalla y dejar el teléfono, el banco le envió un mensaje.

Una transferencia de cien mil dólares.

Al ver que la transferencia era de Hugo, se sorprendió un poco.

Inmediatamente después, recibió un WhatsApp de Don Hugo.

—Anita, el dinero que acabo de transferirte es un gesto de Don Hugo. El vestido de gala ya ha sido incinerado, tu abuela Alicia y el pequeño bisnieto están durmiendo muy tranquilos, gracias a ti.

Eran poco más de las doce, aún temprano.

Hoy estaba llena de ira.

El chico guapo insistió:—Tengo algo bueno, ¿no vienes a probarlo?

Carmen mordió su labio. La última vez que Carlos grabó el video fue un accidente; ese día había tomado demasiadas pastillas y perdió el conocimiento.

Hoy sería más cuidadosa.

Con el ánimo tan bajo, con sus padres en casa con el ceño fruncido, ella también se sentía agobiada. Mejor salir a divertirse.

—¡De acuerdo!

Diez minutos después, Carmen bajó las escaleras en silencio.

La casa estaba en completo silencio; los sirvientes ya se habían retirado a descansar.

Carmen no se preocupó por ser vista, pensó que regresaría a primera hora de la mañana.

Justo cuando abrió la puerta para salir, José salió de la cocina con un vaso de agua en la mano.

Miró con curiosidad la espalda de Carmen mientras salía sigilosamente de la casa. Era muy tarde, ¿a dónde iba Carmen?

Como no podía dormir y le preocupaba la seguridad de Carmen, decidió seguirla de inmediato.