Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 355

Sin embargo, tanto ella como Alejandro debían seguir adelante con sus vidas; mientras todo pareciera aceptable en la superficie, eso sería suficiente.

Alejandro la miró intensamente y dijo: —Su madre perdió la vida intentando salvarme. Cuidar de ella es simplemente cumplir con el último deseo de su madre.

Ana, sorprendida por la repentina declaración de Alejandro, se quedó sin saber cómo responder y asintió: —Sí, debería ser así.

Afortunadamente, el servicio del restaurante era rápido.

Conforme servían los platos uno tras otro, Ana comía mientras trataba deliberadamente de ignorar los pensamientos confusos en su mente.

El sabor de los platos especiales era delicioso, y recordaba vagamente que Beatriz la había llevado allí una vez.

Tras el almuerzo, Alejandro necesitaba regresar al hotel, pues tenía una videoconferencia pendiente, mientras que Ana se dirigía a la playa cerca del hotel.

Por la noche, Ana recibió un mensaje de Alejandro informándole que no cenarían juntos esa noche, pues la condición de Sofía había cambiado repentinamente y había vuelto al quirófano, lo que le hizo correr al hospital.

Ana cenó en la calle peatonal que había visitado anteriormente, donde había muchas delicias, paseando y comiendo mientras tomaba fotos de diversos lugares.

Alrededor de las diez de la noche, volvió al hotel, y Alejandro todavía no había regresado.

Decidió entonces ordenar un poco su maleta.

Quizás al día siguiente Alejandro no podría acompañarla al aeropuerto.

Aproximadamente a las dos de la madrugada, Alejandro regresó.

El sonido de la puerta al abrirse fue muy suave.

Sin embargo, Ana, que no dormía profundamente en el hotel, despertó con el leve ruido.

Miró hacia la puerta y preguntó: —¿Has vuelto?

—¿Te desperté? Sigue durmiendo, voy a ducharme —dijo Alejandro con una voz baja e impregnada de ternura nocturna.

Ana murmuró un "mmm" y, aliviada, se dio la vuelta y continuó durmiendo.

Unos treinta minutos después, Alejandro se acostó.

Al abrazar a Ana, dejó un beso muy ligero en su mejilla.

Ana lo sintió.

En la casa González, en la habitación de Carmen, acaban de terminar una sesión de actividad sexual.

José miró la hora y dijo: —Son las tres, vamos a dormir, mañana temprano tenemos que ir al hospital.

No había nadie más en casa, así que él y Carmen durmieron directamente en una habitación. Probablemente porque apenas habían comenzado a estar juntos, ambos sentían un gran deseo sexual el uno por el otro.

Carmen, después de bañarse, regresó a la cama con su teléfono móvil en la mano, navegando aleatoriamente por Twitter, cuando de repente vio el Twitter de Ana.

Al ver que Ana estaba de viaje en Venturis, sus ojos se abrieron de sorpresa.

—Mira esto, Ana no está en la ciudad A, no nos hace caso, no va al hospital a cuidar a mamá, ¡se fue de viaje a Venturis! ¡Es tan descorazonada, tan cruel!

José, aunque estaba algo cansado y somnoliento, miró de inmediato el teléfono de Carmen al escuchar sus palabras.

Era el Twitter de Ana, la imagen superior mostraba que estaba en Venturis, una foto de una playa con un paisaje hermoso.

Su rostro se ensombreció severamente: —Pensé que solo estaba enojada con nosotros, hemos sido negligentes con ella antes, es normal que esté molesta, pero no esperaba que ignorara la vida y la muerte de mamá para irse de viaje.

—Hermano, ella me detesta, ¿por qué no le envías un mensaje privado y la sacudes un poco? —Carmen giró los ojos, sugiriendo un plan.