Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 375

Este lugar está muy lejos de donde trabaja Francisco.

Francisco no podría haber sabido que José y el equipo del canal de televisión fueron a buscarla.

Eso es...

Ana volvió a mirar hacia la puerta, pero no vio a Gustavo ni a Carmen. Los dos...

¿Habrán ido a buscar a Francisco?

—Hay algunos asuntos menores que resolver; déjanos encargarnos.—Francisco no reveló mucho para no preocupar a Ana.

Ana oyó la voz de Francisco al teléfono, como si estuviera en el metro.

A esta hora, él debería estar en el trabajo, ya que su dormitorio está cerca de la empresa y solo necesita caminar unos minutos para llegar. No necesita tomar el metro.

De repente, Ana pensó en Elena.

—Francisco, ya llegué al trabajo. Vi a José y al equipo del canal de televisión buscándome. La gente de mi empresa se hará cargo. ¿Gustavo y Carmen llevaron a otro grupo a buscar a mamá?

La voz de Francisco en el teléfono se congeló por un momento, y luego respondió: —Sí, llevaron a gente a buscar a mamá. Ella no abrió la puerta, y ahora están esperando fuera. Yo regresaré para manejarlo, no te preocupes y mantente alejada. Un amigo me dijo que quieren manipular la opinión pública y luego amenazarte.

Definitivamente, los espectadores serán manipulados por el canal de televisión y, eventualmente, atacarán a Ana personalmente, forzándola a ceder a sus demandas.

Sus intenciones son extremadamente maliciosas.

Para evadir su propia responsabilidad, planean y conspiran contra Ana de todas las maneras posibles.

¡Es demasiado despreciable e indigno!

—Francisco, ve a trabajar; no es adecuado que te presentes ante las cámaras. Yo me encargo ahora, no te preocupes, puedo manejarlo—, decidió Ana con firmeza.

No le dio a Francisco otra oportunidad de disuadirla.

Ella no puede evitar enfrentar esta situación; debe hacerlo por sí misma.

No debería involucrar a Francisco ni a los demás en esto.

Aparecer en el programa de televisión sería perjudicial para ellos.

—Sí, escuchamos que incluso le amputaron una extremidad y está en el hospital deseando verte, ¿qué madre no querría ver a su hija?

Ana ignoró por completo lo que estas personas decían.

Nunca le había importado lo que dijeran o pensaran de ella.

Lo que le importaba era si estas personas habían causado algún daño a Elena.

Al llegar al séptimo piso, vio al equipo del canal de televisión y también a José y Carmen.

Carmen aún estaba en la puerta, tratando de convencer a Elena de que la abriera: —Mamá, por favor, abre la puerta. Mi hermano y yo vinimos para resolver el problema y aclarar el malentendido entre nuestra hermana y usted. La salud de mamá realmente no está bien; ella realmente quiere ver a su hija.

—Evitar esto no es la manera de resolver el problema, señora Elena, por favor, abra la puerta,— instaban las personas del canal de televisión.

El camarógrafo mantenía su cámara encendida, grabando toda la situación conflictiva.

Cuando se transmita el programa, sin duda conmoverá a los espectadores.