Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 46

Justo después de que Anita terminó de hablar, escuchó la pesada respiración de Sergio al otro lado de la línea, producto de su enojo.

—¡Repítelo! —rugió Sergio.

Anita arqueó una ceja cuidadosamente delineada y, con una sonrisa burlona, respondió, —Eres joven pero tienes muchos problemas. Te sugiero que si tienes problemas de oído, los revises junto con los de tu cerebro en el hospital.

Y colgó el teléfono de inmediato.

Era previsible que Sergio no diría nada bueno después de eso.

Aunque la llamada la había dejado un poco más satisfecha, aún sentía un dolor punzante en su corazón.

Después de todo, estas eran personas con las que había querido llevarse bien en el pasado.

Con un suspiro, pensó:

[Qué ciega estaba antes.]

——

Sergio miraba el teléfono colgado, apretando los dientes de rabia.

Su apuesto rostro se había torcido de furia.

—¿Qué dijo? ¿Sigue siendo tan terca? ¿No piensa en las consecuencias de sus acciones? ¿Cómo es posible que tenga una hermana así? —el rostro de Sergio estaba sombrío.

Carmen, con los labios rojos apretados, dijo, —¿Así que no piensa borrar su última publicación en Instagram ni disculparse conmigo?

¿Quién le dio a Anita la valentía de creer que podía meterse con ella?

—¿Qué dijo exactamente? —preguntó Laura a Sergio.

Sergio, apretando los dientes, respondió, —Fue muy firme. No piensa borrar la publicación y me insultó.

—Ya que no quiere entrar en razón y trata nuestras palabras como si fueran aire, si esto llega a las noticias y se vuelve viral, debemos estar preparados para manejar la situación. La que se avergonzará será ella, ¡pero no podemos permitir que Carmen sea insultada! —Sergio tomó una decisión sin pensarlo dos veces.

—De acuerdo.

Carmen, con el teléfono apretado en la mano y la cabeza gacha, tenía una mirada llena de rencor. 'Ana González, esto te lo buscaste tú misma. ¡Haré que en ciudad A todos te vean como una paria!'

Luego, sacó el Whatsapp de Carlos y le envió un mensaje...

——

Por la tarde, cuando Ana terminó su trabajo, Pablo se atrevió a acercarse a ella con su teléfono en mano.

—Ana, mira esto. La última publicación que hiciste en Instagram ha sido capturada y se ha viralizado en TikTok y en X.

Ana miró la pantalla. Aunque estaba preparada para que la noticia se difundiera entre sus compañeros de ciudad A, no esperaba que se propagara tan rápido.

—¡Un infiel y su amante merecen ser criticados! ¡Se lo tienen bien merecido! —dijo Pablo indignado por Ana.

Incluso el trabajo del hombre había sido expuesto. ¿Cómo alguien tan ordinario se atrevió a engañar?