Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 488

Parque Verde.

La ciudad A es conocida por su exclusivo barrio residencial, hogar de profesionales destacados de diversos campos.

Beatriz tiene precisamente un apartamento en este complejo, un regalo de sus padres antes de casarse.

Si no fuera porque Leticia vive aquí, habría olvidado que aún poseía un apartamento en este lugar.

Sin ser propietarios ni tener aviso previo, no habrían podido entrar.

Tras demostrar que ella era la propietaria, llegaron al edificio donde vivía Leticia.

No se acercaron más.

En lugar de eso, se sentaron en un lugar discreto, flanqueado por árboles.

Beatriz estaba pálida; había pasado casi toda la noche en vela y, aunque logró calmarse y no sentirse tan triste, su mente seguía en desorden.

Ana tampoco había dormido mucho esa noche.

Estaba muy preocupada por Beatriz, pues conocía el amargo sabor de la traición amorosa, algo que había experimentado en el pasado.

Aunque el tiempo cura muchas heridas, el sabor de la traición permanece para siempre. Desde aquel día, se prometió no confiar fácilmente en el amor.

Aunque sentía algo por Alejandro, nunca daría un paso adelante tan fácilmente.

Si Bryan realmente había sido infiel, entonces el amor eterno y constante prácticamente no existía en este mundo, y mucho menos la fidelidad.

Afortunadamente, se sentía aliviada de que su relación con Alejandro fuera solo de convivencia, sin involucrar sentimientos.

—¿Ves a esas dos personas?—preguntó Beatriz con una sonrisa forzada a Ana.

Sabía que su sonrisa era más fea que su llanto.

Pero ya había llorado casi todo lo que podía la noche anterior.

—Sí, los veo —respondió Ana, mirando hacia la puerta donde dos hombres vigilaban; claramente no eran propietarios del lugar.

Los dos hombres tenían una mirada aguda y mantenían una alerta constante.

—Los conozco, son los guardaespaldas que Bryan contrató para protegerlo. Su presencia aquí significa que Bryan se preocupa mucho por Leticia; teme que ella aborte —dijo Beatriz con un tono especialmente tranquilo.

—Bryan dijo que no podías tolerar errores, y ahora, después de ver las fotos y los videos, sigues sin actuar. Bryan se equivocó contigo.

—¿En qué te diferencias de mí?

—Bryan, no puedo creer que no sientas nada por mí, ¿quieres abortar a tu propio hijo? No, tengo que encontrar una manera de evitarlo.

Mientras no esté en la mesa de operaciones, todavía hay una oportunidad.

Continuó enviando mensajes a Beatriz.

[¿Realmente eres más tolerante de lo que pensé? ¿Planeas ignorarlo? ¿Dejar que Bryan me mantenga? ¿Prefieres quedarte sola en casa?]

[¿Has visto el lado salvaje de Bryan en la intimidad? ¿No lo has visto, verdad? Somos especialmente compatibles en la cama, y nuestros hijos llegaron al mundo en esos momentos.]

[¿Estás segura de que quieres seguir con un hombre que no debería pertenecerte?]

Esos mensajes fueron como piedras lanzadas al mar.

No recibió ninguna respuesta de Beatriz.