Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 50

Buenas señales.

La abuela García, feliz con sus pensamientos, miró a ambos y dij, —El mayordomo Antonio mandó la cena, si no les importa que la comida sea sencilla, pueden comer con nosotros.

—¡Claro! —respondió Ana de inmediato.

Alejandro asintió levemente.

Cuando no tenía que hablar, generalmente no lo hacía.

La abuela García miró a Alejandro y resopló. —Puedes hablar poco con tu abuela por la diferencia generacional, pero cuando estés a solas con Anita, deja esa actitud reservada.

¡Si asustaba a su Anita, no se lo perdonaría!

Alejandro permaneció en silencio.

Alejandro claramente sintió que su abuela lo despreciaba más hoy. Desde que había entrado en la habitación del hospital, ¿qué había hecho mal?

——

Cuando salieron del hospital, ya había pasado una hora.

Eran las siete de la noche.

El cielo estaba ligeramente oscuro y las farolas de la calle ya estaban encendidas.

Ana miró el mensaje de Francisco en su teléfono y respondió rápidamente que pronto llegaría a casa. Luego se volvió hacia Alejandro. —Señor García, no voy a regresar a la Villa Estrella del Mar ahora, necesito ir a la casa de mi mamá.

Los ojos profundos de Alejandro observaban a Ana, quien se mantenía tranquila. Mientras acompañaba a su abuela, no había mostrado ninguna incomodidad ni ansiedad, como si nada hubiera pasado.

Apretó ligeramente sus labios delgados.

—¿Viste las tendencias en internet? —preguntó.

Ana se sorprendió un poco; parecía que él ya sabía. Asintió. —Sí, lo vi. También sé lo que la familia González quiere hacerme. Encontraré una manera de resolverlo.

Alejandro estaba a punto de decir algo más cuando el teléfono de Ana sonó.

Ana miró su teléfono, le dijo adiós a Alejandro antes de contestar, y luego se dirigió al estacionamiento mientras hablaba por teléfono.

Luego se volvió hacia Alberto Díaz, el hombre de traje, —¿Cuánto tiempo necesitas para solucionar esto?

—Si el señor García lo autoriza, puedo resolverlo en una hora. Ya he hablado con el equipo de relaciones públicas, y Andrea Morales ya está preparando el comunicado. —respondió Alberto.

Aunque Alberto sonaba algo arrogante, quienes lo conocían no se sorprendían.

Alberto era el asesor legal contratado por el Grupo García y también el responsable del bufete de abogados más grande de Ciudad A, sin haber perdido un solo caso.

Alejandro entrecerró los ojos, echando una mirada en dirección a donde Ana se había ido. —Esperen mis noticias.

—¿Qué? ¿No actuaremos ahora? La familia González está moviéndose rápido, tienen muchos contactos en el mundo del espectáculo y numerosos recursos. —dijo Eduardo, sorprendido de que, después de enterarse de la situación, el señor García quisiera ayudar a la señorita González.

De lo contrario, no habría llamado a Alberto.

'¿Por qué ahora no tenemos prisa?'

Alejandro lanzó una mirada a Eduardo.