Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 607

Alejandro tocó suavemente con la yema del dedo. Había una ligera sensación al tacto, pero no era suficiente para lastimar la piel.

En cambio, una sutil energía se transmitía a través de la yema del dedo.

—Este patrón lo dibujé yo y lo hizo esculpir el personal; es una textura especial que simboliza la protección y la paz.

La suave y delicada voz de Ana describía el significado del patrón.

El corazón de Alejandro se embriagaba.

Como si hubiera bebido un vino exquisito de cien años.

Estaba algo aturdido.

Esta mujer sabía cómo hacer feliz a alguien.

Hacerlo feliz a él.

Sus profundos ojos se desviaron del anillo y miraron hacia Ana, —Este es el mejor regalo de cumpleaños que he recibido.

Ana miró a los ojos de Alejandro.

En sus ojos se reflejaba su figura.

El corazón de Ana dio un fuerte salto...

—

Beatriz estaba frente a la villa.

Había creído incontables veces que este sería su hogar para toda la vida.

Este hogar tenía a su amado esposo y a sus hijos.

Aquí resonarían sus risas y alegrías.

Pero, ese sueño apenas había comenzado y ya se había roto.

Ahora, parada aquí, sus pies parecían llenos de plomo, y cada paso que daba era muy difícil.

El día que se fue, se prometió a sí misma que no volvería.

Cada paso que daba estaba acompañado del dolor que Bryan le había causado.

Cuando empujó la puerta y entró.

El rostro de Beatriz se puso pálido.

El que la hacía pensar que sería su tesoro por el resto de su vida.

El corazón de Beatriz dolía aún más, y sus ojos se volvían cada vez más rojos, —Bryan, mi mamá lo sabe, ¿verdad?

Él debió haberle contado a su madre lo que había pasado durante este tiempo.

De otra forma, su madre no habría dejado que hablasen solos.

Eso también significaba que su madre había perdonado a Bryan.

Por eso Bryan podía decir con tanta confianza que debían hablar seriamente.

Beatriz de repente se sintió completamente sola.

Bryan asintió y dijo: —Está bien, mamá.

—Bryan, ¿podrías dejar de ser tan cruel? ¿No te basta con lo que me has hecho?— Beatriz no gritó acusaciones, sino que habló con voz suave.

El corazón de Bryan dolía como si alguien lo hubiera pinchado con una aguja, —Lo siento, lastimarte no fue mi intención. ¿Quieres saber por qué mamá me perdonó? ¿Quieres saber por qué tuve una aventura? Beatriz, tenemos que aclarar nuestras cosas. De lo contrario, ni tú ni yo podemos soltarlo ni superar esta relación.

Beatriz miró a Bryan aturdida, —Está bien.