Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 634

Después de su apasionado amor, ambos se sintieron algo hambrientos.

No dijeron mucho mientras comían.

Después de terminar la comida, fue Alejandro quien rompió el silencio. —¿Te has preguntado dónde he estado estos días?

Ana levantó la vista y miró hacia él. —¿No dijiste que tenías algunos asuntos que resolver?

—Algunas personas de la familia García han regresado, fui a verlos,— dijo Alejandro con voz grave.

Ana lo había sospechado, pero aún así asintió. —Mmm, ¿necesitas que haga algo?

Kenia había ido a verla ese día, lo que ya era un indicio de que su vida no sería tranquila de ahora en adelante; por supuesto, la vida de Alejandro tampoco.

De repente, recordó las palabras de Kenia: Alejandro tenía a alguien que le gustaba...

—Por ahora no es necesario, quizás en un par de días te lleve a conocerlos. Pero solo recuerda, la abuela es el miembro más importante de mi familia. En cuanto a los demás, para mí no son más que parientes con el mismo apellido, no son importantes,— dijo Alejandro, su tono era extremadamente frío.

Ana simplemente respondió con un "está bien".

Ella y Alejandro compartían algo en común: lo único que realmente les importaba era la abuela García. Para Ana, los demás miembros de la familia García podían hacer lo que quisieran, no le afectaba. Porque lo que realmente le importaba era la abuela García.

Observando la dulzura en los ojos de Ana, Alejandro se dio cuenta de que había sido demasiado severo al mencionar a la familia García.

Esto podría haberla asustado o haber llevado a un malentendido.

Quiso explicarse, pero para entonces Ana ya había encendido la televisión.

Parecía no estar afectada en lo más mínimo.

Alejandro se contuvo de decir lo que estaba a punto de decir.

Se acercó al sofá y se sentó junto a Ana para ver la televisión juntos.

Aunque estaban juntos, cada uno estaba absorto en sus propios pensamientos; los ojos de Ana estaban en la televisión, pero su mente estaba en otra parte.

—

Frente a Casa Campos.

En ese momento, una silueta estaba de pie frente a la ventana del estudio en el segundo piso, observando la vacilación de Beatriz justo antes de entrar a la casa.

Al mismo tiempo, en el coche que transitaba por la carretera, Bruno le decía a Mauricio: —¿Por qué se ha mudado de vuelta? ¿Se ha reconciliado con el presidente Campos? No es de extrañar que haya pedido volver al trabajo.

Después de hablar, observó cuidadosamente cualquier cambio en la expresión de Mauricio.

Viendo que Mauricio se mostraba frío y no había dicho nada desde que empezaron el viaje, Bruno ya sospechaba algo.

—Por como van las cosas, parece que se han reconciliado completamente; de lo contrario, con el carácter de Beatriz, no se habría mudado de vuelta. Aunque Beatriz parece no tolerar ninguna falta de conducta, sorprende que haya perdonado la infidelidad del presidente Campos. Al fin y al cabo, el amor es lo primero, y el matrimonio no es fácil,— Bruno suspiró.

Lo que quería decir es que, de ahora en adelante, era improbable que Mauricio pudiera estar con Beatriz.

Mauricio debería rendirse.

Los ojos de Mauricio se volvieron fríos, —Ella debe tener sus razones para volver.

Conocía a Beatriz lo suficiente como para saber que una vez que una relación se daña, aunque alguien intente repararla con trucos, no es posible volver al estado original.

Es como un espejo roto que no puede volver a ser entero.