Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 636

Mientras esperaban la llegada de Ana, la abuela García le pidió a Antonio que preparara una gran mesa de comida.

Miró el reloj impacientemente.

—Faltan unos quince minutos para que Anita llegue.

Antonio asintió, —Debería ser pronto, es probable que haya algo de tráfico ahora.

—¡Ay! Ellos incluso desprecian a Anita, ¿qué clase de buena persona podrían encontrar con esos gustos? Arruinaron a la madre de Alejito, ¡y ahora quieren arruinar el matrimonio de Alejito! Esto me está matando.— La abuela García estaba tan alterada que su corazón comenzó a latir más rápido.

Antonio rápidamente intentó calmarla: —Doña García, no se enfade, ellos no conocen a la Señora García lo suficientemente bien para apreciar cuán buena es ella. Es normal, además, Señor García es muy firme, no permitirá que destruyan nada.

La abuela García todavía parecía preocupada, —Estos días siempre he estado un poco ansiosa, temo que no puedan resistir la prueba y que surjan conflictos, lo que podría llevar a un accidente.

—Doña García, es porque piensa en esto todo el tiempo, siempre temiendo que algo malo suceda a Señor García y Señora García, por eso está tan inquieta. Ayer, nuestro sirviente les llevó la cena, y en ese momento Señor García y Señora García estaban en su habitación siendo íntimos, ¿cómo podría surgir algún conflicto en esa situación? Doña García, no piense demasiado, si Señora García se entera, seguramente se preocupará.— Antonio siempre sabía cómo consolar a la gente.

Con unas pocas palabras, logró tranquilizar bastante a Doña García.

Justo entonces, Ana llegó.

Cuando Ana entró y vio que la abuela García parecía un poco mal, dejó de sonreír de inmediato, —Abuela, ¿no se siente bien?

Habían sido días complicados y ella había estado muy ocupada, por lo que no había visitado la Casa García para ver a la abuela García.

Fue hoy, después de que la abuela García la llamara, que Ana se dio cuenta de su descuido.

—No, solo te extrañaba, ven aquí para que te vea.— La abuela García le hizo señas a Ana para que se acercara.

Ana se acercó y se sentó al lado de la abuela García, notando de inmediato que algo era diferente en ella en comparación con otros días.