Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 732

¿Podría ser alguien de su empresa?

No, eso no tiene sentido.

Si fuera alguien de su empresa, él no lo habría olvidado.

Además, ¿no acaban de decir que fue el jefe de la empresa quien lo trajo?

¡Ah!

Cuanto más lo pienso, menos puedo recordar.

Manuel, con una expresión de disculpa, miró a Alejandro. —Lo siento por los problemas que hemos causado.

Alejandro, con un tono tranquilo y aún indescifrable, respondió: —No es tu culpa, ya estoy al tanto de lo que ocurrió.

—¿Te encontraste con esos periodistas cuando subías? —preguntó Ana a Alejandro, preocupada, temiendo que los periodistas hubieran visto a Alejandro y empezaran a inventar noticias a su antojo.

Alejandro se sentó. —Ya no hay periodistas abajo.

—¿Ya no? —Ana parpadeó y corrió hacia la ventana.

Mirando hacia abajo.

Efectivamente, no había periodistas.

Mateo no estaba muy convencido; los periodistas estaban esperando capturar a Manuel, ¿cómo es que se fueron así como así?

Incluso si era la hora de la cena y de salir del trabajo, no podían haberse ido todos, ¿verdad?

Justo cuando estaba confundido, el presidente Raúl, quien nunca antes le había llamado, le llamó de repente.

—Mate, tienes suerte. —La primera frase de el presidente Raúl fue un saludo cálido, llamándolo Mate.

Eso hizo que Mateo tuviera una ilusión.

Como si el presidente Raúl fuera su buen amigo.

Pero recordaba claramente que el presidente Raúl siempre tenía una presencia imponente y nunca hablaba tan amigablemente con los de abajo.

Se sintió abrumado y confundido, y dijo: —Ah, ¿suerte? Presidente Raúl, no entiendo.

Alejandro, Ana y Manuel no notaron la expresión de shock en el rostro de Mateo.

Continuaron charlando como si fuera un día normal.

Ana primero preguntó si Alejandro tenía hambre, luego preguntó si había comida en la casa de Manuel.

Manuel, algo avergonzado, les dijo: —Normalmente estoy en el set, casi no tengo oportunidad de cocinar en casa, así que no tengo muchas provisiones, solo algunos fideos instantáneos y algo de leche.

—¿Los fideos instantáneos están bien? —preguntó Ana a Alejandro.

Alejandro asintió.

Manuel se levantó. —Como es la primera vez que vienen aquí, mejor cocino yo.

Mateo siguió a Manuel a la cocina.

Todavía se sentía como si estuviera en un sueño.

Solo en la cocina se atrevió a preguntar, —¿Ese Alejandro es el Alejandro que estoy pensando? ¿Le vas a dar fideos instantáneos al presidente de Grupo García?