Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 734

Diez minutos más tarde.

Brenda observaba con los ojos abiertos cómo Salvador y Manuel bloqueaban la comunicación después de haber recibido su pregunta. Su cuerpo temblaba violentamente.

—¿Qué pasa? ¿Ellos ayudarán a contactar al presidente García? —preguntó el agente con un tono muy incierto.

El rostro de Brenda se volvía aún más pálido que antes.

El agente asomó la cabeza para mirar el teléfono de Brenda y, al verlo, su rostro se puso tan pálido como el de ella.

—¿Bloqueo? ¿No será que todos te han bloqueado? No decían que el presidente García te consideraba un sustituto de Ana? En este momento, ese... el presidente García debería estar buscándote, ¿no? Nosotros... ¿habremos malinterpretado todo este tiempo? —preguntó el agente, asombrado.

Al ver cómo el presidente García ayudó a Manuel a cambiar la situación esta vez, no parecía en absoluto que Ana fuera considerada un sustituto de alguien.

Brenda se quedó atónita. —Yo... ¿cómo iba a saber?

No sabía desde cuándo había empezado a pensar que Ana era su sustituta.

También pensaba que Alejandro gustaba de Ana solo porque le gustaba ella.

Ahora, al calmarse y recordar las pocas veces que había visto a Alejandro, se dio cuenta de que en cada encuentro parecía que él nunca había prestado atención a ella.

Incluso, no tenía su WhatsApp.

Este reconocimiento fue como un balde de agua fría derramado sobre su cabeza.

Una total claridad.

—Si ahora no logramos entender estas cosas, tú... Tendrás que dejar la industria del entretenimiento —dijo el agente, nervioso.

Brenda no se sostuvo y se desplomó de repente.

Afortunadamente, el agente la sostuvo a tiempo, evitando que Brenda cayera de manera vergonzosa.

Cuando las cosas van mal, todo parece salir mal.

Brenda miraba boquiabierta la llamada entrante de Jorge.

Con los dedos rígidos, presionó para contestar.

Cuando contestó la llamada, el cuerpo de Brenda se quedó completamente rígido, y el agente a su lado también se quedó petrificado.

Era de noche, y la luz dentro del coche era aún más tenue.

Aunque los ángulos de los fotógrafos probablemente solo capturaron un perfil borroso, las personas que los conocen seguramente podrían reconocer quiénes eran.

Por supuesto, la primera persona en ser reconocida sería Alejandro.

Al ver que Ana estaba preocupada por las fotos vistas por otros, Alejandro pensó que temía que la gente supiera de su relación y sus ojos se tiñeron de un matiz más profundo y frío. —Ellos no se atreverán a publicarlas.

Ana se relajó.

Al ver que Ana se relajaba, la expresión de Alejandro se oscureció aún más.

—Tú... —Ana notó el cambio de humor en Alejandro.

¿Cómo de repente se siente mal?

Alejandro, con la cabeza baja, miraba profundamente a Ana y dijo: —Te preocupas mucho por tu familia.

Mucho más que él.