Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 736

—¿Qué quieres? —la voz de Sofía sonaba muy fría.

Había oído sobre el asunto de Brenda desde temprano en el día.

La historia se había esparcido por todo el círculo, y para la noche, Brenda ya se había convertido en un chiste.

Si no podía adivinar por qué Brenda la estaba llamando, entonces realmente era tonta.

Brenda: —Quisiera pedirte un favor, que intercedas por mí ante el presidente García. No estoy al tanto de la relación entre Manuel y Ana, así que sin querer ofendí al presidente García. Admito mi error en esta ocasión y espero que el presidente García pueda darme otra oportunidad.

Sofía soltó una risita: —¿Cuánto crees que el presidente García valora a Ana?

—Este incidente muestra cuánto la valora el presidente García, pero en mi opinión, ella y tú no pueden compararse en el corazón del presidente García, —Brenda adivinó que esas eran las palabras que Sofía quería escuchar.

Las mujeres entienden a las mujeres.

La aparición repentina de otra mujer al lado de Alejandro no era algo bueno para Sofía.

De lo contrario, ¿cómo podría permitir Sofía que otros difundieran rumores sobre ella y Alejandro?

Si no estuviera enfrentando dificultades ahora, definitivamente no se humillaría hablando de esta manera con Sofía.

Brenda no se equivocó, al oír el nombre de Ana, la expresión de Sofía se torció y la envidia ardió en su interior como un fuego salvaje.

Aparte de ella y algunos de la familia García, el mundo exterior aún no sabía que Ana y Alejandro se habían casado.

¿No indica eso que Alejandro no se preocupa tanto por Ana?

—No digas tonterías, Alejandro me crió, mi relación con él no es como los rumores externos. En cuanto a tu petición de ayuda, puedo decirte ahora mismo que no hay salvación posible. Las decisiones de Alejandro no pueden ser alteradas por nadie, más vale que busques a otra persona para interceder, o mejor aún, ve directamente a Ana, aunque creo que la ofendiste demasiado esta vez, esa persona... olvídalo, con el poder de la familia Fontana, no tienes por qué inclinarte ante Ana, estoy ocupada, así que no puedo hablar más.

Brenda, furiosa, lanzó el teléfono.

—¡La hija de una niñera atreviéndose a decirme cómo actuar, burlándose de mí, no? La llamé, le mostré respeto, ¡y ella no lo valoró!

El agente a su lado estaba demasiado asustado para hablar.