Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 746

Ana contuvo una sonrisa y no dijo mucho más, solo se limitó a responder con un "está bien".

Durante esta temporada, Alejandro estará probablemente muy ocupado.

Es probable que no tenga tiempo para acompañarla a regresar a casa.

De todas formas, todavía queda tiempo; encontrar una excusa para volver también sería viable.

—

Francisco, tras colgar el teléfono, dejó la pantalla de su móvil en un vídeo.

Manuel se lo había reenviado.

En el video, la mujer que sonreía a Alejandro no era Anita, sino una desconocida.

Ese video ya había sido editado y eliminado de las publicaciones del autor.

Muchos de los que lo habían compartido también lo habían borrado.

Afortunadamente, Manuel lo había guardado inmediatamente después de verlo, de lo contrario ahora sería imposible de encontrar.

Recordando lo serena y agradable que Anita se mostraba delante de ellos, tanto él como Manuel sentían lástima por ella.

Manuel dijo: [Francisco, debemos esforzarnos aún más, proporcionar a Anita el valor necesario para dejar a Alejandro. Nosotros somos su apoyo.]

Los ojos de Francisco se oscurecieron, [Tienes razón.]

—

Sofía esperaba en el estacionamiento subterráneo del edificio del Grupo García.

Acababa de terminar su jornada laboral.

Había esperado casi media hora y el ascensor privado del presidente aún no mostraba signos de Alejandro.

Impaciente, le envió un mensaje para preguntarle si había terminado de trabajar y si podría acompañarla a celebrar su cumpleaños.

Como cada año, esa mañana había recibido un regalo de cumpleaños de Alejandro.

Aunque probablemente los regalos no los había escogido Alejandro directamente, sino más bien Eduardo, ella podía sentir el cuidado en esos gestos.

Esa noche, deseaba intimar con él.

[Gracias por el regalo de cumpleaños, Alejandro. ¿Podrías cenar conmigo esta noche para celebrarlo?]

Finalmente, apareció Eduardo.

Ella corrió hacia él de inmediato, —Eduardo, ¿Alejandro sigue trabajando?

Es indudable que Alejandro trabaja mucho, todos ya habían salido de la oficina y él aún tenía que quedarse a trabajar más tiempo.

Realmente no necesitaba esforzarse tanto.

Podría haber delegado muchas de sus responsabilidades a Eduardo.

Eduardo, sorprendido de encontrar a Sofía en el estacionamiento, preguntó, —¿Viniste aquí especialmente para esperar al presidente García?

—Hoy es mi cumpleaños, había quedado de cenar con Alejandro,—respondió Sofía con franqueza.

Eduardo frunció el ceño, —El presidente García salió temprano hoy, ya debería estar en casa.

—¿Salió temprano?—El rostro de Sofía se ensombreció.

¿Por qué habría salido temprano?

Hoy no era un día especial.