Resumo do capítulo Capítulo 749 de Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate
Neste capítulo de destaque do romance Segunda oportunidad Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Cuando Ana había dado apenas unos pasos, Laura, como si hubiera tenido un breve momento de lucidez, abrió los ojos y miró directamente a Ana con una claridad sorprendente.
Desesperada, extendió la mano para intentar agarrarla.
—¡Anita, me equivoqué, perdóname... Perdona a mamá, por favor!
Ese "mamá" hizo que los demás en la habitación miraran a Ana.
¿Mamá?
Entonces, ¿sí había una relación?
Parecía raro; la anciana hablaba de perdón, lo que indicaba que debía haber hecho algo terrible en el pasado.
La joven había dicho que no tenía ninguna relación legal con la anciana, así que obviamente había una historia complicada detrás.
Uno por uno bajaron la cabeza, pretendiendo no haber oído nada.
Nadie quería meterse en asuntos ajenos que podrían traer problemas, especialmente en una familia con dificultades evidentes.
Ana se detuvo y regresó.
Cuando Laura la vio acercarse, pareció ver una esperanza, sus ojos se abrieron de par en par. Había adelgazado tanto que sus ojos sobresalían, como si fueran a salirse de las órbitas.
La escena resultaba aterradora.
—Siempre has sido buena y amable, sabía que me perdonarías. ¿Has venido a salvarme, verdad? ¿Todavía me reconoces como tu madre, verdad? Lo sabía, lo sabía. Lo soñé, soñé que venías. Fuimos demasiado crueles contigo, fue horrible lo que hicimos.
—Pero mamá lo sabe, mamá ha cambiado, ¿puede ser buena contigo a partir de ahora? Mamá era realmente tonta antes, ¿cómo pudo tratarte así? Eres mi hija biológica, ¿cómo pude hacerlo? Dame una oportunidad para enmendarme, ¿sí?
Solo al vivirlo se comprende la magnitud de los errores cometidos.
Y solo al vivirlo se entiende que aquellas personas en las que se confiaba no eran en realidad dignas de confianza.
Sus hijos, de los que siempre se sintió tan orgullosa, y Carmen, a quien había dado todo, al final no se preocuparon por ella, y la dejaron viviendo una vida peor que la de un animal.
No se daba cuenta de lo egoístas que eran sus palabras.
Suplicaba perdón, pero en el fondo, solo buscaba obtener más.
La voz de Ana era fría como el hielo. —En tus sueños, ¿mis penurias no eran peores que las tuyas?
Los ojos de Laura se abrieron de par en par, mostrando un evidente rastro de culpa. —Yo... Yo... Los sueños no son reales, pero me ayudaron a entender lo equivocada que estuve.
Desde que empezó a tener esos sueños entre la conciencia y el delirio, supo que el mundo de los sueños era real.
La transformación repentina de Anita se debía a esa revelación.
De no ser así, la que habría sufrido el accidente habría sido Ana, y no ella.
Ana dejó escapar una leve risa. —Aunque las circunstancias cambien, la naturaleza de las personas no cambia, señora Laura. No siga buscando más. Quédese en el hospital y recupérese.
Los ojos de Laura se llenaron de furia y su rostro pasó de la desesperación a una expresión grotesca. —¡La que debería haber tenido el accidente eras tú! ¿Por qué no me apartaste? ¿Por qué no te pusiste bajo el coche? ¡Es tu culpa! ¡Todo es tu culpa! ¡No debería estar sufriendo yo, todo esto es culpa tuya! ¡Eres la que destruyó nuestra familia! ¡Todo es por ti!
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate