Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 761

—Espero que Alejito y Anita puedan estar bien juntos, si ellos pueden estar bien juntos, estaré tranquila,— suspiró Doña García.

Antonio asintió repetidamente, —Sí, sí, definitivamente estarán bien juntos.

—

Bajo la luz de la calle.

El coche de Patricia se detuvo al lado del camino.

Ella se paró frente al coche para revisar la situación del vehículo.

Desde el rabillo del ojo, vio el coche de Alejandro.

Su coche era muy llamativo, incluso de noche no pasaba desapercibido.

Como era de esperarse, el coche de Alejandro se detuvo.

En casa de Doña García, no tuvieron oportunidad de hablar.

Alejandro no salió del coche, fue su chofer quien bajó y se acercó.

—¿Qué problema tiene el coche de la Señorita Patricia?

Patricia se tensó un poco, su expresión facial se endureció ligeramente, y no pudo evitar mirar hacia el interior del coche, preguntándose por qué Alejandro no bajaba.

El chofer pensó que el viento de la noche había dispersado sus palabras y Patricia no había escuchado bien, así que preguntó de nuevo, —Señorita Patricia, ¿qué problema tiene su coche? Déjeme echarle un vistazo.

—Debe ser una avería,— respondió Patricia distraídamente.

¿Será que Alejandro intentaba evitar un malentendido innecesario?

Estaban a cierta distancia de Casa García.

El chofer inmediatamente se puso a ayudar a revisar el coche.

Mientras tanto, Alejandro estaba en su coche mirando su teléfono móvil.

La página de su móvil mostraba los mensajes de WhatsApp con Ana.

Luego levantó la vista hacia Patricia que se acercaba.

Patricia se acercó y tocó dos veces la ventana del coche, señalando a Alejandro que bajara la ventana.

Alejandro bajó la ventana.

Ana y Elena estaban viendo la televisión.

Charlaron un rato.

Elena expresó su pesar por la muerte de Laura a manos de Gustavo.

Ella volvió a pensar en Carmen.

Pero frente a Anita, no mencionó a Carmen.

El camino lo hace uno mismo; lo que Carmen decida hacer en el futuro, Elena solo puede esperar lo mejor y desear que Carmen lleve una buena vida.

En la televisión, estaban transmitiendo un drama familiar.

Era el género favorito de Elena.

El episodio que estaban viendo trataba sobre un padre que había abandonado su hogar hace más de una década y regresaba arrastrando su enfermo y viejo cuerpo. Mientras su esposa e hijos lo recibían conmocionados, también sentían un profundo resentimiento hacia él y se negaban a reconocerlo.

El padre había regresado porque su amante, con quien había tenido un affair años atrás, lo había abandonado y ahora, solo y abandonado, recordaba a la familia que había dejado atrás.

—Anita, ¿tú lo perdonarías?— preguntó Elena pensativa, mientras la figura borrosa que había visto en el hospital volvía a aparecer ante sus ojos.