Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 778

Ana preparó varios platos.

Luego se sentó a esperar.

A esa hora, usualmente Alejandro ya habría regresado si no tenía compromisos pendientes.

Ocasionalmente llegaba unos veinte minutos tarde.

Tras esos veinte minutos, Alejandro no apareció.

Parecía que no había vuelto en estos días.

Ella decidió comenzar a cenar sola y, tras terminar, se ocupó de limpiar un poco.

Sin darse cuenta, el reloj marcó las siete.

En ese momento, sonó el timbre.

Ana se sorprendió un poco; en La Villa Estrella del Mar raramente llegaban visitas, y en Casa García la gente solía entrar sin más, sin necesidad de tocar el timbre.

Se acercó a la puerta y vio en la pantalla quién era.

Era Patricia.

Se sorprendió un poco.

Pretender que no había nadie en casa parecería demasiado intencional, especialmente porque las luces de la villa estaban todas encendidas.

Finalmente, decidió abrir la puerta.

Un momento después.

Cuando Patricia vio a Ana, no mostró sorpresa.

El hecho de que Ana tuviera acceso al auto que Alejandro le había regalado indicaba la generosidad de Alejandro hacia ella. Patricia había investigado y sabía que Ana solía vivir en La Villa Estrella del Mar.

Sin embargo, Ana no había estado allí en los últimos días.

—Vine a buscarte,— dijo Patricia directamente.

Ella no se encontraría con Alejandro en su propia casa.

¿Qué significaba ese comportamiento? No quería pensar demasiado en ello.

Pero podía hablar con la Ana que tenía enfrente.

En sus ojos, Ana era alguien que solo buscaba beneficio, alguien que solo veía el dinero y que por dinero podría venderse.

Así que resolver las cosas con dinero con Ana no era gran cosa.

Ana, con el rostro frío y severo, respondió de inmediato: —¿Estás loca?

¿Con qué ojos ha visto que yo complazca a varios hombres?

Patricia frunció el ceño, manteniendo una expresión fría y altiva, —No hay necesidad de fingir frente a mí. Las pocas veces que te he visto, siempre estabas con diferentes hombres. No sé cómo manejas estas relaciones, ni por qué Alejandro aceptaría este lado tuyo de relaciones complicadas, pero eso no importa. Lo importante es que pongas un precio.

Para ellos, lo que menos importa es el dinero.

Si el dinero puede resolver el problema, entonces no es un problema.

Ana no pudo evitar reír, —¿Así que verme cenar con alguien o asistir juntos a algunos eventos te hace pensar que tengo relaciones complicadas? ¿Esa lógica te la enseñaron en la educación básica o la aprendiste en el extranjero?