Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 818

Reflexionando sobre cómo Ana había enfrentado sus justificaciones últimamente, Patricia sentía que su convicción se debilitaba.

—Si tienes alguna duda, pregúntale a Alejandro, no hay necesidad de que me lo preguntes a mí. —Ana no quería complicarse con Patricia y podía percibir que la manera en que Alejandro la trataba cuando estaba presente difería de cómo trataba a los demás.

El rostro de Patricia se volvió aún más pálido y su cuerpo tambaleó levemente.

Ana se levantó y se marchó directamente.

Después de salir del hospital, envió un mensaje a Alejandro por WhatsApp: [Me voy primero, un amigo me acaba de invitar.]

Una vez que Ana se fue, Patricia permaneció sentada rígidamente.

La silla del pasillo estaba fría.

Tan fría que la hacía cada vez más consciente de su situación.

Sacó su teléfono y comenzó a preguntar a varios amigos cercanos: [¿Alejandro se casó, verdad?]

[Nadie ha dicho eso.]

[¿No te estaba esperando todo este tiempo?]

[¿Estás anunciando indirectamente tu buena noticia con nosotros?]

[¡Felicidades! ¿Ustedes dos se casaron tan rápido? Esta mañana fui al hospital a verte, ¿y esta tarde ya fueron a obtener la licencia de matrimonio? ¿Él tiene tanto miedo de perderte otra vez?]

[¡Felicidades! ¡Juntos hasta la vejez!]

Patricia respiró mucho más libremente y sonrió autocríticamente; no tenía paciencia. Sus amigos no sabían nada sobre el matrimonio de Alejandro, lo que Alejandro había mencionado antes era solo una prueba para ella.

Se había dejado llevar por el pánico.

Probablemente, después del incendio, había recibido tantos golpes que su reacción fue lenta y temía perder a las personas que le importaban, por lo que no pudo ver la verdadera situación.

[No, nosotros dos no tenemos nada, no hablen sin saber, solo pregunté por curiosidad.]

Luego, se levantó y regresó a la habitación del hospital.

Probablemente fue porque hace dos días lo llamó mostrándose vulnerable, lo que hizo que Alejandro la subestimara, pensando que ella se obsesionaría con él.

¡Patricia no lo haría!

Alejandro entrecerró los ojos y respondió simplemente: —Está bien.

...

Ana recibió la llamada de Alejandro en la estación de metro.

—No tuve la oportunidad de decírtelo antes. —Dijo ella.

Alejandro respondió: —Está bien, avísame cuando vayas a volver a casa para ir a recogerte.

¿Tan considerado?

Ana sonrió irónicamente, su mente regresó a la racionalidad: —Tomaré un taxi de vuelta, está bien.