Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 88

—Has bebido demasiado, vámonos del bar. —Ana dejó la copa de Beatriz a un lado y la ayudó a levantarse.

Beatriz sacudió la cabeza con fuerza. —No me voy, quiero seguir bebiendo.

Ana, al ver la determinación de Beatriz, no tuvo más remedio que sentarse de nuevo.

—Dime, ¿qué pasa? ¿A esta hora no deberías estar en casa siendo una esposa ejemplar? —preguntó Ana directamente.

Los ojos de Beatriz estaban un poco rojos, como si hubiera estado llorando.

—No quiero ser una esposa ejemplar, Ana. Creo que tengo problemas con Bryan. Ya no parece quererme tanto como antes. No sé si es solo mi imaginación o si es que después de tanto tiempo juntos, la relación se vuelve más formal.

—Estas cosas solo puedo decírtelas a ti. Si se lo dijera a mis padres, pensarían que estoy siendo melodramática. Ellos están muy contentos con Bryan como yerno y siempre piensan que a veces soy irracional. Dicen que después de casarse, nada es como en el noviazgo.

—Ana, ¿crees que Bryan ya no me quiere?

Ana nunca había visto a Beatriz tan insegura.

—Las relaciones matrimoniales necesitan esfuerzo, ¿lo has hablado con él? —preguntó Ana.

Beatriz negó con la cabeza, sonriendo con amargura. —No, tengo miedo de que piense que estoy exagerando.

Ana no conocía mucho a Bryan; solo lo había visto algunas veces por su amistad con Beatriz. Bryan siempre había parecido un hermano mayor, muy cariñoso con Beatriz.

Sobre cómo manejar la relación matrimonial después de casarse, o si siempre habría pasión, Ana no estaba segura. Su mayor experiencia probablemente había sido leer algunas novelas en la universidad.

'Pero los protagonistas de las novelas son personajes ficticios creados por los autores, y las tramas son imaginarias, no se pueden tomar como referencia.'

—Puede ser que lo amo demasiado, por eso me siento tan insegura. A veces me pregunto, Ana, si algún día realmente deja de quererme y tiene a otra mujer en su corazón, ¿qué haría yo? Solo de pensarlo, me duele tanto que no puedo seguir. Siempre he dicho que soy capaz de dejar ir, pero cuando se trata de mí, simplemente no puedo. —la voz de Beatriz estaba llena de desprecio hacia sí misma.

Ana miró su reloj de pulsera. Eran las siete de la noche, y si seguían bebiendo así, Beatriz terminaría completamente borracha.

—¿Ana? ¿Por qué contestas tú? ¿Está Bea contigo? —Bryan parecía sorprendido.

—Estamos en el Bar Encanto de Colores. —respondió Ana.

—Espérenme, iré a buscarla.

—De acuerdo.

Después de colgar, Ana miró a Beatriz, que seguía atónita. —Dijo que vendrá a buscarte.

Por el tono de Bryan en el teléfono, parecía muy preocupado por Beatriz.

Los ojos de Beatriz mostraban algo de evasión. —¿Ha vuelto de Ciudad C? ¿Entonces cuando le llamé esta tarde y no contestó era porque estaba en el avión?