Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 912

El rostro de Patricia se puso aún más pálido: —Eso no puede ser. Ana solo ha usado métodos sucios, pero Alejandro se dará cuenta de quién es ella. Además, ¿qué tiene Ana para compararse conmigo?

Viendo que Patricia seguía sin rendirse, Valentín entendió que no debía seguir insistiendo.

Esta prima, nacida en la familia Jiménez, siempre había sido muy orgullosa.

Las palabras de los demás rara vez lograban calarla.

En realidad, por lo que vio en el restaurante, Ana no parecía ser una persona que utilizara métodos tan bajos. Y si se trataba solo de belleza, desde la perspectiva de un hombre, Ana era más atractiva.

Era ese tipo de atracción que hacía que un hombre quisiera explorar más.

Si la hubiera visto en otro lugar, tal vez no habría podido evitar pedirle su contacto.

Pero Patricia era diferente, ella creaba una barrera, una distancia difícil de cruzar.

...

El país de Piedraplata.

En el hotel.

Después de regresar del set, Beatriz fue directamente a ducharse.

No sabía por qué, pero el clima de ese día había sido especialmente caluroso.

Ella podía protegerse un poco del sol con un paraguas, pero el señor Mauricio había estado expuesto al sol todo el día y había estado filmando durante horas.

No podía dejar de admirar al señor Mauricio. ¡Era realmente impresionante!

Mientras se duchaba, Beatriz pensaba en todo lo que había ocurrido hoy. No era común que estuviera tanto tiempo bajo el sol.

Cuanto más pensaba, más admiraba al señor Mauricio.

Cuando terminó de ducharse, se recostó en la cama con una mascarilla mientras chateaba con Ana.

—El clima extraño de aquí, y la comida, me hacen extrañar tanto la ciudad A. ¡Ana, te extraño mucho! Pero el señor Mauricio realmente es increíble, en este clima tan extremo, no ha parado de grabar ni una vez, y ni siquiera ha pedido un descanso. ¡Lo admiro tanto!

Las notas de voz que había enviado no recibieron respuesta de Ana.

Parece que estaba ocupada.

Una vez que terminó el tiempo de la mascarilla, dejó el teléfono y se fue a lavar la cara con cuidado, aplicándose una rutina de cuidado de la piel.

—¿Yo? —Beatriz señaló hacia ella misma, confundida: —¿Podré hacerlo?

Ayudar al señor Mauricio a ensayar, debía de tener algo de experiencia actoral, ¿y si no lo hacía bien?

—Tú puedes. —Mauricio le dio su aprobación.

Beatriz respiró profundamente, llenándose de valor: —Entonces lo intentaré. Si no lo hago bien, señor Mauricio, tiene que decirme.

—Está bien.

Unos minutos después.

Beatriz echó un vistazo a los contenidos de las dos escenas.

La primera no era tan complicada, era un diálogo entre el protagonista y la protagonista en un bar.

Pero la siguiente escena, ¡se desarrollaba en la cama!

¡Era una escena de beso tan vergonzosa que te hacía palpitar el corazón!

¡Sin palabras!