Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 924

Este sueño parecía haber durado mucho, mucho tiempo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, hasta que finalmente despertó de su sueño.

Al ver frente a ella la familiar Villa Estrella de Mar, se dio cuenta de que lo que acababa de ver probablemente era el destino de la familia González y de Carlos en su vida anterior.

Si no fuera por su reencarnación, estas personas también habrían tenido que pagar por sus acciones en la vida pasada.

Se llevó la mano a la frente, sudor frío recorriéndola.

Su cuerpo también se sentía algo pegajoso.

Decidió darse una ducha.

Cuando salió del baño, se sintió mucho más fresca, y al mirar la hora, ya eran las cinco de la tarde.

El sueño que había tenido ese día probablemente estaba relacionado con el suicidio de Carlos.

Recogió sus pensamientos y bajó las escaleras.

Iba a preparar la cena.

Pero al bajar vio a Alejandro sentado en el sofá.

No sabía desde cuándo había regresado.

Al escuchar el sonido de los pasos en las escaleras, Alejandro la miró: —Ya pedí que Casa García preparara la cena. ¿Tienes hambre ahora?

Ana se dio cuenta de que efectivamente había un olor a comida ya lista: —Aún no tengo mucha hambre.

Se acercó y se sentó frente a él.

Miró hacia la cocina, donde no había nadie, la gente de Casa García debía de haberse ido ya. Ella había estado durmiendo y luego bañándose, y no había escuchado ningún ruido.

Alejandro, al ver que el rostro de Ana aún mostraba algo de palidez, frunció el ceño y le preguntó: —¿Sigues sintiéndote mal? ¿Deberíamos ir al hospital?

—Probablemente fue por el sueño que tuve, no descansé bien, pero no tengo otros síntomas, no es necesario ir al hospital. —Ana sabía que su rostro no estaba en su mejor estado.

Lo que había vivido en ese sueño la había impactado profundamente.

Temía que ocurriera lo mismo que la última vez.

Aunque Pablo pensaba que Carlos no tenía el valor de suicidarse, Ana lo sabía perfectamente.

Llevaban tantos años conociéndose, Carlos podía hacer muchas cosas ilegales, pero suicidarse solo ocurriría si ya no le quedaba ninguna opción, si estaba completamente desesperado.

Alguien debió haberle dicho algo para evitar que Carlos hablara.

—Vamos, tenemos que trabajar. —Ana guardó sus pensamientos.

Como no había trabajado ayer, hoy tenía que recuperar el tiempo perdido, de lo contrario, no podría terminar todo en quince días.

Por la mañana, Alejandro le había dicho que ya se había confirmado la hora, que Eduardo había reservado los boletos de avión para los dos.

Así que ahora podía dejar de lado las demás preocupaciones. Después del suicidio de Carlos, aunque esa persona quisiera causarle más problemas, no podía actuar tan rápido, seguro tendría que esperar un poco más.

...

Patricia llegó a la casa de Valentín.