Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 941

Ana miró a los tres hombres frente a ella.

Al notar que Rafael la observaba con ojos llenos de furia, ella sonrió fríamente y lo miró sin temor alguno. El aerosol de autodefensa que le había rociado en la cara la noche anterior había surtido efecto, hasta ahora, sus ojos seguían enrojecidos.

—Puedo ser aún más cruel. ¿Quieres probarlo? —Dijo Alejandro, levantando ligeramente los párpados.

Se notaba que Alejandro ya no tenía paciencia alguna con la familia de Xavier.

—¡Tú! ¿Ya sabías que Arturo y los demás habían abierto una empresa por fuera? ¿Acaso esperabas hasta hoy para devorarla directamente? —De repente, Xavier se dio cuenta de eso.

Al mismo tiempo, comprendió aún mejor las ambiciones y los métodos crueles de Alejandro.

Si no hubiera sido por lo de ayer, probablemente Alejandro habría fingido que no sabía nada.

—O venden sus acciones de Grupo García, o enfrentarán la quiebra. Ustedes tienen un día más para pensarlo. —Dijo Alejandro en tono frío.

En ese momento, Xavier y los otros tres finalmente se dieron cuenta del verdadero carácter despiadado de Alejandro.

—¡Tú!

Xavier, con expresión sombría, dijo: —Soy tu mayor, te vi crecer. ¿Así tratas a tu familia? ¿Dónde está tu conciencia?

—Si quieres hablar de eso abiertamente, no me importa. Si esto se llega a hacer público, después irán a llorar a la tumba de mi abuelo, pero no servirá de nada. ¿Lo has pensado bien? —Dijo Alejandro con una voz que denotaba una calma helada.

Antes, ni bien mencionaba a su abuelo, Alejandro aún accedía a llamarlo, aunque fuera solo por formalidad.

Pero ahora... ya no era necesario.

—¡Tú! Alejandro, ¡eres impresionante! —Arturo se enfureció.

Pero sus ojos delataban su miedo, y la ira que mostraba también estaba teñida de temor hacia Alejandro.

Ana sonrió por dentro al escuchar esas palabras. Rafael se sobreestimaba demasiado.

No solo por la capacidad personal de Eduardo, sino que la ambición de Rafael ya no se podía esconder.

Frente a toda la familia, Alejandro había logrado mantenerse tan calmado hasta ahora, Ana le admiraba por eso.

Probablemente sintiendo la indignación de Ana, Alejandro la miró brevemente, lo que hizo que su expresión se suavizara un poco. Luego, lanzó una mirada fría a Rafael: —Tu capacidad no es suficiente.

Rafael cambió de color. ¿No era suficiente? Eso quería decir que no era comparable con Eduardo.

Sonrojado, trató de defenderse: —No me conoces lo suficiente, estuve varios años estudiando en el extranjero, ya no soy el que era antes. Ahora puedo hacer muchas cosas.

Estaba convencido de que podría llevar el Grupo García por sí mismo. No solo podía hacer lo que Eduardo hacía, sino que incluso pensaba que podría hacerlo mejor que Alejandro.