Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 963

No necesitas ingresar al mundo del espectáculo, simplemente cásate con Mauricio y lo tendrás todo. Si te apetece actuar ocasionalmente, contarás con un actor de cine para ensayar toda clase de roles y, además, podrás compartir su cama y gastar su dinero; es el anhelo de muchos. Con solo estar al lado de Mauricio, Beatriz podría poseerlo todo.

Beatriz reflexionó sobre la deliciosa barbacoa que había disfrutado hoy y frunció el ceño. —Puedo hacer todo lo demás, pero no soportaría dejar de comer delicias, necesito meditarlo mejor.

Ana, al oír las palabras embriagadas de Beatriz, soltó una carcajada y negó con la cabeza. —¡Qué glotona!

—¡Jajaja, Anita, somos unas glotonas!

Mauricio siempre ha demostrado una buena tolerancia al alcohol, y los vinos tintos que consumía le parecían suaves.

Al observar cómo Beatriz elogiaba su interpretación y la manera en que lograba sumergirse en el personaje, no pudo más que sonreír.

Si se tratara de una escena romántica, ella definitivamente lograría que él se involucrara rápidamente.

Y lo haría con sentimientos auténticos.

Eso es algo que no conseguiría con nadie más.

En escenas románticas previas, siempre había recurrido a técnicas de actuación, que no se comparan con experimentar emociones verdaderas.

Ya se habían besado, y ella aún podía actuar como si nada hubiera sucedido, creyendo que él simplemente estaba metido en su papel.

Ahora, él definitivamente tendría que cambiar su enfoque con ella.

Justo cuando Beatriz estaba a punto de hablar con Mauricio, de repente lo vio mirándola fijamente.

¿Había dicho algo inapropiado?

¿Por qué parecía que el señor Mauricio estaba algo disgustado?

Así pensaba, y directamente consultó a Ana a su lado, —Anita, ¿no crees que hoy el señor Mauricio está algo extraño? ¿Por qué siento que está de mal humor?

Ana miró hacia Mauricio.

Lo vio con la mirada baja y un semblante serio.

Entonces le dijo a Beatriz: —Estás equivocada, el señor Mauricio está muy contento hoy.

Beatriz, algo ebria, contestó, —Entonces me equivoqué. Debería beber menos en el futuro; ya no veo bien.

Justo cuando había publicado con éxito y estaba a punto de cerrar WhatsApp, de repente vio una nueva publicación de Instagram de Patricia.

En la foto, Patricia estaba en un balcón; la brisa suave y las luces parpadeantes hacían que su rostro luciera aún más resplandeciente.

El estilo de los edificios y la vista desde el balcón le resultaron familiares.

Patricia había escrito algo junto a la foto:

[Después de siete años, he vuelto a El país de Piedraplata, y todo parece haber regresado a aquellos días, conmigo, contigo, con todo.]

Beatriz recordó.

El hotel en el que estaba Patricia era el mismo en el que ella y Alejandro se habían hospedado el día anterior.

¿Qué coincidencia, no?

Cuando Beatriz salió del baño, vio a Ana absorta en su teléfono y directamente le preguntó con curiosidad: —¿Estás chateando con Alejandro? ¿Se extrañan tanto que no pueden pasar un día sin verse?

Ana puso el teléfono a un lado, —¿Ya estás sobria?