Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 974

Ana justo cruzó miradas con Patricia, quien bajaba la vista hacia el borde de la acera.

Patricia vestía un largo vestido rojo con tirantes finos y su largo cabello rizado la hacía ver encantadora.

Bajo la luz nocturna, Patricia parecía surrealmente bella.

Parecía llevar un toque de confusión en sus ojos al mirar hacia la acera.

Cuando cruzó miradas con Ana, Patricia también se sorprendió evidentemente.

Ana retiró la mirada tras un breve encuentro visual.

Sin embargo, Patricia continuó observando a Ana y Alejandro.

Al bajar del coche, Alejandro protegió a Ana mientras entraban al hotel, manteniéndola firmemente a salvo, lo que hizo que el corazón de Patricia se apretara fuertemente.

¡Ana realmente sabe fingir!

Ana claramente la había visto, y también podría haber visto su Instagram, y aún así podía actuar como si no hubiera visto nada, comportándose de manera íntima con Alejandro frente a ella, ¡qué despreciable!

Patricia acababa de llamar a Alejandro, quien rechazó verla.

Efectivamente, Ana, que seducía de maneras extrañas, había ganado la ventaja, poniendo a Patricia en una posición pasiva a pesar de deber haber sido ella quien tomara la iniciativa.

Afortunadamente, Patricia había venido preparada esta vez, aunque fue una sorpresa que Alejandro rechazara verla.

Solo permitió que Alejandro y Ana vieran su publicación en Instagram, sin hacerla visible para otros.

Después de todo, ella aún conservaba su orgullo, no quería que otros supieran que había bajado su estatus por Alejandro, ni que especularan que estaba por debajo de Ana.

—

Después de entrar en la suite, Ana dejó sus cosas y fue a ducharse.

Aunque realmente no tenía sueño mientras se duchaba.

Sin embargo, su mente no podía evitar recordar cómo Patricia había mirado hacia abajo.

Patricia había dado un paso hacia Alejandro.

Después de un baño que dejó su mente algo turbada, Ana salió y encontró a Alejandro hablando por teléfono.

Desde que la recogió, Alejandro había estado bastante ocupado.

Él la miró un momento, su mirada se fijó brevemente, y luego profundizó un poco más.

Ana solo usó el secador de pelo por un momento, sin secarse completamente el cabello, luego miró a Alejandro antes de ir al espejo para arreglarse el cabello.

Debería confiar en Alejandro.

—

Esa noche, los dos yacían en la cama abrazados sin hacer nada.

Les llevó un tiempo conciliar el sueño.

No hablaron, pero ambos podían sentir que el otro estaba preocupado.

Después de un tiempo, Ana cayó en un sueño ligero, y de repente Alejandro retiró su mano y silenciosamente se levantó de la cama.

Ana se despertó al instante.

Pero permaneció inmóvil.

No pasaron dos minutos cuando Alejandro se cambió de ropa y salió.

En el momento en que la puerta se cerró, ella abrió los ojos.

Cualquier sueño que tenía, en ese momento desapareció completamente.